/arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/BNABMKDFHZAFFBA52NBELUL2WM.jpg)
Cargando...
Más de 70 organizaciones sociales, movimientos políticos, partidos políticos, ONG, movimientos estudiantiles y universitarios participaron anoche del 8M, Día Internacional de la Mujer.
También se sumaron sindicatos, asociaciones de mujeres indígenas y campesinas, trabajadoras sexuales, la coalición LGTBI y profesionales que se juntaron en otra histórica marcha para protestar en contra del gobierno ante las graves situaciones de violencia, desalojos, precariedad laboral, hambre, problemas sociales. Todo esto hizo que las mujeres del campo y la ciudad se junten y se organicen para marchar por las calles de Asunción en protesta contra el gobierno que criminaliza y fomenta la desigualdad social, según dijeron.
Más de 4.000 mujeres, niños, adolescentes, jóvenes, hombres y personas de la tercera edad salieron a las calles desde la Plaza Italia hasta la Plaza de la Democracia, donde hubo discursos y un festival artístico.
Clemen Bareiro una de las organizadoras de la articulación 8M, repudió los desalojos violentos que se dieron en los últimos días: “Nosotras estamos en contra de este gobierno que maltrata y que descuida su rol de proteger a los sectores más empobrecidos. Este gobierno de Mario Abdo lo que hace es profundizar la desigualdad”. Destacó que la marcha tiene una carga política muy importante y que es una propuesta pensada colectivamente con todos los sectores del país. “Nos organizamos para luchar juntas mujeres del campo y ciudad en contra de está política de Estado que no favorece a las trabajadoras”.
Se escucharon cánticos como: “Que desalojen a Marito”, “Las bañadenses vienen desde abajo”, “Marito basura vos sos la dictadura”, “Desalojen a los sojeros”, “Venimos juntas y organizadas”, “Aquí las chicas luchan”, y más.
Denunciaron la expulsión que se da en los asentamientos urbanos, donde las mujeres resisten con sus comunidades. También rechazaron la criminalización de las luchas sociales y la persecución a las sindicalistas; la discriminación a las lesbianas y bisexuales en el trabajo, que se traduce en despidos. En el mismo sentido apoyaron a las mujeres campesinas e indígenas afectadas por agronegocios.