Narcotraficantes ocupan altos cargos en el Gobierno, dice obispo emérito

Monseñor Claudio Giménez, obispo emérito de Caacupé, dijo que antes el Paraguay era un país de tránsito de las drogas, pero ahora hay cada vez más adictos. Advirtió también que el narcotráfico se ligó a la política y que se llegó al punto de que narcotraficantes ocupen cargos importantes dentro del Gobierno. Instó a las autoridades y a la ciudadanía a analizar esta situación a la luz de la Constitución y ver qué salida se puede encontrar.

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CAACUPÉ, Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Monseñor Giménez manifestó ayer durante su homilía en la misa de la víspera del día de la Inmaculada Concepción que unos años atrás decían que el Paraguay era un país de tránsito de las drogas, para venderla en otra parte. Pero actualmente es un país de drogadictos, donde se tiene una gran cantidad de adictos.

En conferencia de prensa afirmó que el narcotráfico creció a través de los años en el país y llega al punto en que los narcotraficantes ocupan cargos muy importantes dentro del gobierno. Añadió que es altamente preocupante, pues ya no depende de fuerzas menores, sino que se debe analizar a fondo a nivel nacional y a la luz de las leyes y la Constitución Nacional, ver qué se puede hacer al respecto.

Subrayó asimismo que la impunidad que rodea a los narcopolíticos es un hecho muy grave, pues la ciudadanía quede indefensa ante los atropellos y crímenes que cometen, amparados por sus cargos e investiduras.

Monseñor afirmó, al igual que otros pastores durante este novenario, que no es ninguna novedad que las Naciones Unidas desde hace mucho tiempo busquen reforzar ciertas ideologías que van en contra de la familia y no corresponden a nuestra manera de ser. “Antes enviaban dinero para apoyar algunos de esos programas, ahora buscan imponer sus ideas a través de la firma de tratados y convenios internacionales”, acotó.

Consultado sobre si el mensaje de los pastores de la Iglesia llegan a las autoridades, dijo que algunos dicen que las prédicas no les llegan. “Pero yo puedo dar testimonio de que un par de presidentes me llamaron en varias ocasiones enojados e incluso me reclamaron, por algunas de esas prédicas”, respondió, aunque no quiso especificar quiénes fueron los presidentes que le habían llamado a reclamar.

También dijo que de un tiempo a esta parte es tan grave la cantidad de feminicidios que ocurren que no sabemos de dónde salió semejante costumbre tan terrible. “Cómo es posible que vivamos de asesinato en asesinato, especialmente contra las mujeres más débiles y vulnerables. No puede ser, porque habla muy mal de nuestra sociedad y de nosotros como varones. No podemos continuar con estas costumbres”, afirmó.

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