Entre 2010 y principios de este año, cinco empresas ligadas al exdiputado colorado José Chamorro y su hijo Óscar Chamorro Lafarja consiguieron contratos por G. 12.200 millones con la Universidad Nacional de Asunción (UNA).
La mayor parte de las ganancias para las firmas ocurrieron entre el 2010 y 2013, años en los que el liberal llanista Dionisio Amarilla se desempeñaba como director administrativo del Rectorado de la universidad pública más importante del Paraguay.
Durante esos años, las firmas de la familia Chamorro se alzaron con más de G. 7.440 millones, de acuerdo con datos que constan en la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas.
La firma que más dinero se llevó fue Organización Watchman SRL, con casi G. 5.000 millones por servicios de seguridad.
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Después se encuentra Negocios Internacionales & Comunicación SACI y de Servicios, con unos G. 1.500 millones.
El tercer lugar es para la firma Makri SA con unos G. 513 millones.
SST Security Service Technology SA llega en cuarto lugar con unos G. 410 millones.
Precisamente Dionisio Amarilla fue filmado mientras intentaba ayudar en “el problema mediático” de esta firma como consecuencia de una licitación plagada de irregularidades en el Instituto de Previsión Social (IPS).
La lista se cierra con Grupo CHL SA, con contratos por G. 90 millones.
“Precursor de corrupción”
En un comunicado emitido el miércoles para exigir la pérdida de investidura del liberal, estudiantes de la UNA recordaron el paso de Amarilla por la casa de estudios.
Los jóvenes recordaron cómo el político utilizó su cargo para ubicar a gente cercana. “Descaradamente nombraba, contrataba y comisionaba con cargos y rubros de la institución a operadores políticos y/o familiares suyos. Centenares eran los cupos que él tenía a su disposición y que manejaba según su beneficio”, señala el documento.
Cinco hermanos del político y su propia esposa figuraban con rubros de docente en la UNA, además de varios de sus operadores políticos.
“Si bien Dionisio Amarilla se retiró antes de que caigan todos por la fuerza estudiantil, él fue uno de los precursores de la corrupción en nuestra universidad”, agrega el comunicado.
De vender leche a un millonario
De “pelele económicamente” se calificó el senador Dionisio Amarilla. Sin embargo, este “pelele” que empezó repartiendo leche a bordo de una moto en su Tebicuary natal, tardó apenas ocho años como funcionario de la UNA para experimentar un crecimiento patrimonial geométrico. En 2007 declaraba ya activos por G. 4.000 millones. En su última Declaración Jurada, que data del 2018, la cifra trepó a más de G. 7.100 millones.
La Coordinadora de Abogados denunció por presunto enriquecimiento ilícito al senador Amarilla el año pasado. La Fiscalía ni siquiera designó un fiscal para atender la causa y giró la pelota a la Contraloría para que analizara sus declaraciones juradas. La cabeza de la oficina de declaraciones juradas era la esposa de Amarilla.
