Paraguay tiene el atractivo de solidez de sus instituciones

Adolfo Suárez, el hijo mayor del autor de la transición española, del mismo nombre, estuvo en Asunción para inaugurar un estudio jurídico internacional para atender la creciente cantidad de compañías que se interesan en radicar inversiones. En esta entrevista, el abogado y político del oficialista Partido Popular (PP) elogia la solución institucional de la crisis política de junio. “Es lo que da mayor confianza al inversor. El camino es acabar convenciendo con las ideas, la sensatez, con la democracia en la mano”, afirma.

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–¿Cuál es el motivo de su presencia en Asunción?

–He venido a la inauguración de nuestro despacho internacional de abogados, en el estudio de Javier Parquet y Asociados, y que ya tiene presencia en España, China, Inglaterra, Portugal, México, Panamá, Venezuela, Colombia, Brasil y Bolivia.

–¿De qué se trata?

–Es el primer despacho global, con alma local, que le llamamos Ontier Global, una entidad que se crea con la participación de distintos estudios de América Latina, Europa y Asia, unos 500 profesionales en 11 países.

–¿No se dedica a la política como hizo su padre?

–Fui candidato del Partido Popular (oficialista) para la presidencia de Castilla la Mancha, una de las autonomías de España. Sigo militando en el partido, pero sin una actividad de primera línea, dedicado fundamentalmente a este emprendimiento internacional.

–Para usted, como hijo, ¿cuál fue el legado de Adolfo Suárez, el autor de la transición española?

–El logro fundamental de Adolfo Suárez, presidente del Gobierno de España, fue precisamente tomar el mando de un país con normas no democráticas, es decir, dictatoriales, y utilizar esas mismas normas para hacer una nación plenamente democrática. Adolfo Suárez consiguió poner en una mesa a las dos España para acordar un proyecto político. Es lo principal que trasciende de la obra de Adolfo Suárez.

–¿Las empresas están sacando hoy sus capitales de Europa por la crisis?

–La crisis lo que hace es aumentar la necesidad de esas empresas de salir. En la medida que los mercados interiores, los negocios se constriñen, se tiende a salir hacia afuera para ampliar los negocios. No son solamente empresas españolas.

–¿Qué les puede interesar de Paraguay?

–Muchísimas inversiones. Los rubros fundamentales, telecomunicaciones, gas, electricidad, madera, construcción, inversión en rubros agrícola-ganaderos.

–¿Cuáles son las ventajas que buscan?

–Yo busco países que ofrecen un atractivo especial al inversor. Paraguay es uno de esos países. No hay que fijarse solamente en las grandes inversiones. Hay muchas pequeñas empresas que son capaces de hacer cosas, en números más modestos, pero todo junto acaba siendo grandes negocios.

–¿Cómo le vino el cambio de Gobierno?

–A mí, lo que me da confianza es el país. Visto del punto de vista de un extranjero, lo único que he contemplado yo –como el mundo entero– fue un proceso de transición democrática plenamente legal y respaldado en forma mayoritaria por la población, por lo cual, nosotros no tenemos nada que decir sino aceptarlo, entendiendo que el proceso ha sido llevado a cabo con toda la normalidad del mundo.

Los paraguayos han demostrado la capacidad que tienen de asumir con normalidad el desafío de mantener en pie las instituciones. Es lo que da mayor confianza al inversor.

–Qué diferente la opinión suya de la de los vecinos y socios del Paraguay, que lo excluyeron del Mercosur sin más trámite.

–Cuando a alguien se le demuestra que las palabras como “democracia”, “justicia”, “instituciones” existen, lo menos que se puede hacer es respetar y confiar. Un extranjero no tiene más que aceptarlo. Este país tiene una serie de instituciones democráticas. Hay unos tribunales que velan y garantizan el cumplimiento de la constitución y hay unas instituciones que se rigen por esa Constitución. Nosotros debemos apoyarlo en aquello que podemos porque nos favorece a todos.

–Y ¿cómo queda la situación jurídica de un bloque regional como el Mercosur donde los líderes dicen: “fue una decisión política”? ¿Y los tratados?

–No estaría de acuerdo con esa decisión. El pueblo paraguayo es soberano para elegir a sus representantes y si se cumplen las normativas, la Constitución, la legislación paraguaya, el resto de la comunidad internacional debe aceptarlo.

–Usted, ¿qué haría en una situación compleja: la Venezuela de Chávez socia del Mercosur y Paraguay, socio fundador, excluido?

–Paraguay va a tener que utilizar los instrumentos jurídicos a su alcance para impugnar una decisión no acorde a la normativa internacional. En Venezuela ha vuelto a ganar Chávez, pero Capriles ha sido capaz de unificar la oposición, ha sido capaz de cambiar la tendencia arrolladora de Chávez. El camino es acabar convenciendo con las ideas, la sensatez, con la democracia en la mano. Venezuela es un país en el que los partidos políticos tradicionales hicieron barbaridades y eso acabó degenerando en un caldo de cultivo que Chávez supo aprovechar. Pues, habrá que reconstruir la democracia. Habrá que empezar desde abajo. Habrá que empezar a convencer a los conciudadanos de que es posible otra forma de hacer política.

–¿Qué nos recomienda, volver al Mercosur?

–En el derecho y en la política, son horas de diálogo, de encuentros en todas las instancias internacionales, con mucho estudio detrás para demostrar la injusticia que cometieron con el Paraguay.

–Rajoy no lo invitó al presidente Franco a la Cumbre Iberoamericana por ese conflicto.

–No me consta que eso haya sido así en ese extremo.

–El presidente Franco dijo: “no me invitaron”.

–No me consta. La comunidad europea tiene las puertas abiertas para Paraguay.

–En Europa, unos están de acuerdo con el Premio Nobel a la Unión Europea por sus 67 años sin conflictos bélicos, pero otros critican porque le dan el premio en plena crisis.

–Los premios Nobel se han otorgado siempre a la trayectoria, no a un hecho en concreto. No se ha premiado nunca a una novela sino a la trayectoria del escritor. Sí, ocurre, en algunos premios de carácter científico, que se premia a un descubrimiento concreto. En este tipo de premios que son, letras, artes o políticos se debe premiar más bien una trayectoria y creo que en este caso a la Unión Europea, no se la premia únicamente porque esté sumida en un proceso de crisis puntual, sino porque ha conseguido desarrollar una de las zonas más seguras y mas prósperas de todo el planeta en 67 años.

–Algunos ironizan. Dicen que hoy no es más que una suma de países en quiebra.

–Creo que llamar a España, a Alemania o Inglaterra o Francia países en quiebra dista mucho de la realidad por mucho que se pueda tener una crisis. En España, el nivel de vida es muy superior al de otros países. Europa ha sido una de las zonas donde los derechos sociales han prosperado como en ninguna otra parte del mundo, quizás únicamente Estados Unidos.

–¿Es una falsa alarma entonces que algunos países estén al borde del extremismo por el desborde de los nacionalismos, antesalas de la preguerra?

–Desde el punto de vista económico, los ciclos, crisis, boom, aceleraciones y desaceleración, son normales. Hace pocos años, viajando por Sudamérica, he visto tasas de inflación de más de 1.000% en países de los que se decía “paraíso de la inversión”. Yo creo que es ser muy cortoplacista calificar un país por un año de su historia. Creo que hay que ser capaz de ver a largo plazo. Uno puede buscar un foco de miseria en cualquier país para calificarlo de miserable. Creo que los que ponen de resalto la situación de crisis no viven la realidad de paz y orden que hay en España. Eso sucede también con el Paraguay. No quieren ver que hay paz y orden, que hay una sociedad sólida y estructurada, que a pesar de estar sucediendo una crisis, la institucionalidad es capaz de buscar y de dar una cierta solución. Hay dramas entre personas, por supuesto, pero hay que solucionar los problemas. No nos podemos dormir ante ellos.

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