Pérez Corradi cuenta cómo pagó para ser invisible en Paraguay

La próxima semana es el cumpleaños 39 de Ibar Pérez Corradi y los pasará en su país tras permanecer cuatro años invisible en Paraguay. Aquí se consiguió pareja e hijos paraguayos igual que una documentación auténtica de contenido falso proporcionada por la Policía Nacional, la misma que no lo encontró durante 1.460 días de estadía en suelo guaraní.

Acusado en Argentina de ser autor moral de un triple homicidio, por narcotráfico y lavado de dinero, antes de levantar vuelo dejó graves acusaciones sobre negocios que él parece conocer mucho y sobre la policía paraguaya.

“Lo que te voy a pedir es que no hagas una publicación ensuciándome en Paraguay”, dice preocupado. Le explicamos que es la Fiscalía quien lo investiga, nosotros solo queremos una entrevista en que nos cuente cómo logró ser invisible y burlar las fuerzas de seguridad y de inteligencia.

Buscado en Argentina hasta debajo de las piedras, Ibar Pérez Corradi ingresó al Paraguay en el año 2012. “Entré tranquilamente, como todas las personas que entran a Ciudad del Este, no hice migraciones; las personas que entran a Ciudad del Este no hacen migraciones, cruzan el puente y ya está”.

Secuestrado por cinco horas

El viernes 29 de mayo del año pasado Pérez Corradi acompañó a su pareja a ver a una psicóloga. Alrededor de las 19:00 fue interceptado por policías, que lo llevaron hasta la misma sede de Interpol en Alto Paraná.

No tardó en presentarse María Gladys en el patio de Interpol. Allí los policías le pidieron un “rescate” de US$ 100.000. Desesperada, llamó a su primo policía (Mallorquín) que opera en el departamento Antimafia de Alto Paraná. Este fue, negoció y salió pidiendo más dinero: US$ 150.000.

Tras regateos, se acordó en 100.000 dólares la liberación de Ibar. Este pidió a su mujer que trajera de su casa USS 10.000 que él tenía y un teléfono para llamar al “árabe” (Mohanad Khalife).

“El jefe”

El árabe habría citado a María Gladys frente a un conocido supermercado a la entrada de CDE. Le pidió que fuera con un policía de confianza de Khalife, alguien de nombre Luis, que pertenecería también a la división Antimafia. En ese lugar el mismo árabe entregó 90.000 dólares envueltos en hule, en una bolsa, suma a la que la pareja de Pérez Corradi agregó los US$ 10.000 que ya tenía.

Volvieron a Interpol a entregar los 100.000 dólares. Un rato después la operación se había concretado: Ibar Pérez Corradi estaba libre y para festejarlo iban a ir a cenar. Pero antes, una recomendación de alguien a quien los policías llamaban “EL JEFE”: “Nosotros tenemos que proveerte documentos para desenvolverte, que no te agarre por ahí barrera que no está en nuestra jurisdicción de Antimafia o Interpol, tenés que tener documento”.

Al oír esto, el primo de María Gladys se adelantó y dijo que con él nomás ya sería eso. Se estipuló una suma mensual de US$ 2.000 y US$ 20.000 por cédula y pasaporte. Pronto entregaron 8.000 de los 20.000 dólares.

Así pactado, de civil fueron a su casa, le hicieron fotos, huellas dactilares... pero los documentos tardaban en llegar. Volvieron a pedir más plata. Entregaron otros 3.000 dólares. Con más dinero en mano, les hicieron ir a otro sitio donde a Ibar le sacaron fotos, huellas dactilares y lo dejaron ir.

El viernes 21 de agosto del año pasado se festejó el cumpleaños de María Gladys. Esa noche, como parte de su regalo, Ibar Pérez Corradi le entregó su cédula donde por milagro de los dólares le convirtió en paraguayo y resucitó a un muerto cuyo nombre aparecía en su cédula: Walter Miguel Ortega Molinas. A partir de allí, Pérez Corradi empezó a entregar mensualmente 2.000 dólares a Interpol y 1.500 dólares al equipo Antimafia. (CONTINUARÁ)

Mañana: Más datos sobre el trato con la Policía. La red.

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