De acuerdo a algunas fuentes políticas, el Ejecutivo impulsa sigilosamente un plan para tratar de manera sorpresiva el proyecto de reelección presidencial vía enmienda, en la Cámara de Diputados. Se busca forzar una suerte de “fujimorazo” que permita al actual Presidente seguir en el poder aunque se atropellen disposiciones constitucionales.
La convocatoria a sesión extraordinaria de la Cámara Baja para estudiar el veto total a la Ley de Presupuesto de Gastos de la Nación sería la ocasión perfecta para asegurar la presencia de los parlamentarios, en momentos en que ya está vigente el receso legislativo.
Una vez conseguido el quórum, que consiste en la presencia de la mitad más uno de los integrantes de la Cámara de Diputados (41), plantearían durante la sesión la convocatoria a otra sesión extra, con el respaldo de 15 legisladores, amparándose en el artículo 37 del reglamento. La convocatoria tendría un único punto a tratar: el proyecto de enmienda constitucional.
Según esa versión, previamente a la reunión de la Cámara Baja, el Ejecutivo enviaría de urgencia el proyecto de enmienda para que tenga entrada al inicio de la sesión.
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Otra alternativa que maneja el oficialismo es presentarlo a través del Senado, cuando este se reúna para tratar también el veto al Presupuesto 2017.
Puntos flojos
No obstante, el plan tendría algunos puntos flojos, como el hecho de que, estando en funciones la Comisión Permanente, la convocatoria a sesión extraordinaria se debe hacer a través de ese organismo, según establece el artículo 229 inciso 4 de la Constitución.
También está el hecho de que la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara Baja ya dictaminó este año que no corresponde tratar nuevamente el proyecto de reelección vía enmienda hasta dentro de un año por haber sido rechazado un proyecto similar en el Senado.
Según la versión que corrió ayer en al ámbito político, el oficialismo confiaba en el factor sorpresa para imponer el estudio del proyecto y con la “lógica”, aplicada ya algunas veces en el Congreso, de que con mayoría absoluta de votos se pueden hacer interpretaciones “a medida” del reglamento interno y de la misma Constitución.
