Los opositores reaccionaron en la víspera ante las declaraciones del senador oficialista realizadas el lunes pasado durante la sesión extraordinaria de la Cámara Alta.
“Si es posible tenemos que quemarles vivos a esos asesinos cobardes en plazas públicas (refiriéndose al EPP). Creo que vamos a tener que traerle al Gral. Stroessner (dictador), lastimosamente ya no está más sobre la tierra”, dijo el parlamentario.
El legislador y excomisario también añoró que durante la dictadura se podía dormir “con las ventanas abiertas” y ahora los “Derechos Humanos” no dejan actuar a la Policía.
El senador Hugo Richer (FG) lamentó que dichas expresiones surjan justo cuando los desaparecidos por el Plan Cóndor como Miguel Ángel Soler y Rafaela Filipazzi son finalmente identificados.
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Esperanza Martínez (FG) cuestionó que dicha reivindicación ocurra cuando el oficialismo busca emular la dictadura. Ante el pleno leyó un poema de Carmen Soler, hermana del desaparecido, titulado “Calabozo de Castigo”, que describe los horrores de la tortura policial.
Por su parte, Luis Alberto Wagner (PLRA) acusó al “Nuevo Rumbo” de buscar traer los “vientos de antes”, en alusión al stronismo.
Igualmente recordó el periodo en que fue apresado y torturado por la policía stronista y acusó al ministro del Interior, Francisco de Vargas (afiliado liberal), de tildar de terroristas y aliados del EPP a todos los partidos opositores.
Carlos Amarilla (expulsado del PLRA), desde el atril de la sala y con una dura mirada fija en Núñez, señaló que todas las dictaduras, tanto de derecha como de izquierda, deben ser aborrecidas y advirtió que desde el Senado enfrentarán con todas sus fuerzas cualquier apología o intento de volver a dicho sistema.
Pidió disculpas
Tras otras exposiciones, Carlos Núñez dijo que sirvió al país 33 años como Policía y que en su trayectoria jamás tuvo exabruptos violentos.
Dijo que se ratificaba en su repudio al asesinato de militares y pidió disculpas a quienes ofendió.
Sin embargo, no admitió los horrores que cometió la dictadura.
