Policía retiró a sus hombres de zona del atentado contra Rafaat

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La esquina donde fue acribillado con un fusil antiaéreo el poderoso narcotraficante Jorge Rafaat Toumani (56), pese a que se encuentra a una cuadra de uno de los cuarteles de la Jefatura de Policía de Amambay, llamativamente quedó liberada justo en el momento del dantesco atentado. Los agentes, por su parte, sostienen que sus propios guardaespaldas vendieron a Rafaat, ya que lo dejaron solo cuando se inició el ataque. Dos abogados son investigados por haber ayudado a los sicarios.

El brutal ataque ocurrió el miércoles a las 18:44, en la intersección de la avenida Teniente Herrero y la calle Elisa Lynch de Pedro Juan Caballero, a solo 100 metros del predio de la Jefatura de Policía de Amambay, donde funcionan unidades de élite como la división de Investigación de Delitos y las oficinas regionales de Antinarcóticos, Interpol, Automotores e Identificaciones.

Pobladores de la zona denunciaron ayer que los policías de la comisaría jurisdiccional, así como los agentes de civil que trabajan en el cuartel de la Jefatura, usualmente mantienen casi sitiado el barrio, pero que justo en el momento del atentado contra Jorge Rafaat Toumani el lugar estaba completamente despejado.

Una teoría que ayer ganó fuerza en Pedro Juan Caballero es que la misma Policía habría otorgado un permiso a la organización criminal que materializó el ataque y que estaría conformada nada menos que por elementos de las dos facciones más peligrosas del Brasil, el Comando Vermelho (Comando Rojo) y el Primer Comando da Capital (PCC).

Hipótesis de los investigadores

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La hipótesis de la Fiscalía y de la Policía, por otro lado, incluye al narcotraficante preso Jarvis Chimenes Pavão como otro de los mandantes del crimen.

Supuestamente, Jarvis mantenía una fuerte disputa con Rafaat y se alió con el Comando Vermelho y el PCC.

Estos grupos, a su vez, también se disputan el control del tráfico de drogas y armas en la frontera entre Paraguay y Brasil, pero sus líderes hicieron una especie de “tregua” hasta acabar con Rafaat, porque este último era el que verdaderamente controlaba todos los negocios ilícitos en la región.

La sospecha de los investigadores, igualmente, incluye una presunta omisión deliberada de los mismos guardias de Jorge Rafaat Toumani, quienes habrían vendido a su patrón.

Este dato se sustenta en la limitada reacción que tuvieron los “capangas” cuando se inició la balacera desde la camioneta Toyota Fortuner de los matones, dentro de la cual estaba montado el fusil antiaéreo calibre punto 50.

Un video de seguridad revela que, antes que disparar contra los sicarios con sus fusiles, la docena de custodios optó por abandonar en la calle las tres camionetas en las que se movilizaban y replegarse.

Supuestos dueños

La Policía confirmó ayer que el edificio en construcción donde fue escondida la camioneta utilizada por los sicarios que mataron a Rafaat figura a nombre de un tal Lino Valerio Bitencurt Neto, en tanto que el medidor de la ANDE está registrado a nombre de Cas Kol Bebidas. Estas identidades serían solo una fachada, ya que se cree que pertenecen realmente a Jarvis Chimenes Pavão.