Privilegios de “generala”, entre gastos reservados

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El comandante de las Fuerzas Militares (FF.MM.), Luis Gonzaga Garcete, se negó a proveer información sobre el parque automotor de su institución y sobre los beneficiarios de combustibles. Alegó que los datos son de carácter “secreto y reservado”.

El jefe militar, que hizo firmar el informe sin contenido de lo solicitado a su director de Comunicaciones, coronel Jorge Mieres, negó información sobre los vehículos de la institución, así como de particulares beneficiados con combustibles comprados por el ente.

Tampoco remitió las órdenes de trabajo que justifiquen el uso de vehículos y combustibles pagados con fondos de la institución. Se escudó en la Ley de Defensa y Seguridad Interna, en la Ley de Inteligencia y que las informaciones solicitadas guardan relación con planes de defensa e inteligencia.

Sin embargo, no todos los gastos afectan a operativos “reservados”. En la fotografía se puede ver que uno de los lujosos vehículos de las FF.MM. es utilizado por Lucía de Garcete, esposa del jefe militar, más conocida com la “generala”.

En documentos ya publicados también se evidencian que FF.MM. sí usa tarjeta de Petropar, información también negada por militares.

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El jefe militar dispone de tarjetas de Petropar para los eventos de la fundación privada de su esposa “generala”. Incluso, comisionaba personal de las FF.AA. para apoyar las actividades solidarias de la mujer.

La primera dama militar también tiene como chofer a militares cuyos salarios pagan los contribuyentes. Garcete apenas respondió 3 de los 15 puntos solicitados por nuestro diario sobre el uso de combustibles en la institución.

Solo respondieron que el presupuesto de G. 566 millones “tuvo una modificación presupuestaria para financiar otros rubros por G. 455 millones y que el resto es saldo que no se ejecutó”. Y remitió la lista de los ordenadores de gastos, pero el detalle de cómo gastan en combustibles negaron violando la Ley 5282.

Desacreditaron el derecho alegando que los datos afectan a la seguridad nacional, mismo discurso que el jefe militar le vendió al presidente Cartes para que le firme un decreto para comprar a discreción.