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Dentro del plazo de los primeros 100 días de gobierno, Defensa remitió al Ejecutivo los citados anteproyectos que luego serán enviados al Congreso para su estudio, informó ayer una fuente de Defensa.
El ministro de Defensa, Gral. Ejcto. (SR) Bernardino Soto Estigarribia, adelantó semanas atrás que entre las propuestas de reforma está la incorporación del Ministerio de Defensa en la cadena de mando de las FF.AA., un tema controvertido en el sector castrense.
Asimismo, el ministro había indicado que plantearán la eliminación de los tres grandes cuerpos de Ejército, que se convertirán en dos divisiones, y las actuales nueve divisiones, que se reducirán a seis brigadas, entre otros aspectos.
El secretario de Estado alegó que el objetivo es “tener unidades militares más livianas y operativas”, así como “optimizar el recurso material y humano de las Fuerzas Armadas”.
El achicamiento de las Fuerzas Armadas, proyecto del que se habla hace décadas, disminuirá la cantidad de jefes militares, como los del grado de oficiales generales, según se comentó en fuentes castrenses. Actualmente las FF.AA. cuentan con 48 generales y 501 coroneles. Tiene 18.439 efectivos, de los cuales 2.850 son funcionarios civiles, según datos militares.
En cuanto a la inclusión del ministro de Defensa en la cadena de mando ya generó postura en contra de algunos generales retirados, como el caso de Alfredo Machuca, excomandante del Ejército. El mismo argumenta que un ministro político en el eslabón de mando militar puede ser fuente de problemas para las FF.AA, dado que nuestro país no tiene aún la fortaleza ni estabilidad institucional necesarias. El expresidente de la Corte Militar Gral. Brig. (SR) Carlos Liseras también había expresado en su momento su oposición a que el ministro de Defensa forme parte de la cadena de mando militar.
Mayor estabilidad para los jefes
En cuanto al anteproyecto de reforma de la Ley 1115, la fuente del Ministerio de Defensa refirió que, entre otras cosas, se buscará una mayor permanencia en los grados y evitar los permanentes relevos en las jefaturas principales de las FF.AA. que se ha venido dando desde la época del presidente Lugo.
En este sentido, se derogaría la Ley 4221/10, que modifica el anexo 2 de la Ley 1115. Esta legislación, cuyo proyectista fue el exsenador oviedista Lino Oviedo Sánchez, eliminó la exigencia de un tiempo determinado de permanencia en los grados para que los oficiales generales sean ascendidos. La promoción al grado inmediato superior de los generales actualmente solo depende del cargo que ocupa en las Fuerzas Armadas.