Quieren aprobar ley populista para suprimir registro de escribanos

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La presidenta del Colegio de Escribanos del Paraguay, Ana Manuela González Ramos, advierte que en la Cámara de Diputados buscan aprobar una ley de corte populista para suprimir el registro que habilita la profesión. En esta entrevista, la dirigente afirma que “en el populismo se dicen cosas que la gente quiere escuchar”, pero que en la realidad es perjudicial e impracticable.

–Édgar Acosta del Partido Liberal presentó un proyecto de ley para liberar el registro de escribanos. El objetivo es romper el monopolio de unos cuantos, dice el diputado.

–Nosotros los escribanos ejercemos una función pública delegada de la ley. El Estado es el dueño absoluto de la fe pública. Pero esa fe pública está distribuida. Así tenemos la fe pública que emiten los jueces en sus sentencias, la fe pública que emite un oficial del registro civil cuando hace un matrimonio, certificado de nacimiento, etc., o la fe pública que damos nosotros cuando damos fe de los actos. El registro es una función pública donde hace falta, donde la necesidad del país lo requiere. En la comunidad hace falta un escribano que dé fe de los actos que celebran los particulares. La función notarial es constitucional. El Estado es el dueño absoluto de la fe pública, pero dice: “Este va a ser pública en el juzgado”, “este en el Registro Civil”, por lo tanto, es una función regulada y controlada. El acceso tiene que tener requerimiento.

–¿Por qué no pueden trabajar los que se reciben de escribanos?

–Ellos saben que el título universitario no les habilita a tener registro. Ese título está errado. Hay mucha falacia acá. Dicen que no saben. ¡Mentira! Se sabe que hay que rendir para tener registro. Escuché que hay 5.000 profesionales esperando para ingresar. Sin embargo, la Corte llamó a concurso de oposición y solo se presentaron 700. El concurso se declaró desierto porque ninguno pasó el examen mínimo. En el siguiente concurso se presentaron 500. Escuché que los notarios con título universitario iban a llenar la plaza del Congreso para presionar por la ley que les habilite con la sola tenencia del título. Como mucho, el miércoles pasado hubo 80 personas.

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–Ellos dicen que el Colegio está preocupado porque se pone en jaque su monopolio.

–El Colegio de Escribanos no crea los registros. No distribuye los registros. No toma los exámenes. Lo único que hace es defender los principios de la función notarial. Para eso fue creado.

–¿Por qué no puede ser libre la profesión?

–Esta no es una función liberal como la del abogado, ingeniero o arquitecto. Yo abro una oficina. Según este proyecto de ley (de Édgar Acosta), el escribano no tiene obligación de fijar residencia. Se puede tener una escribanía de portafolio. Puedo estar en una empresa toda una mañana y mudarme a otra toda la tarde y al día siguiente en otro lugar. ¿Qué garantía de seguridad pueden tener las personas que usan nuestro servicio?

–Sin domicilio fijo.

–¿Qué responsabilidad se puede atribuir a alguien que no fija residencia, no pasa por un examen habilitante y no jura ante la Corte, que es en definitiva lo que pretenden con este proyecto?

–El artículo 86 de la Constitución garantiza que cualquiera puede ejercer su profesión libremente.

–Hay que ver el texto y el contexto. Un texto puede decir que cualquiera puede ejercer la profesión que eligió. También dice que el estado reglamentará las funciones públicas. La Constitución no es reglamentaria y no puede tener mil artículos.

–La Ley de Universidades dice que todo título habilita para el ejercicio de la profesión.

–Muy bien. Se habla de “ejercicio” de la profesión pero no de la “función”. El título debe decir “escribano”, pero sin la palabra “público”. Las universidades Nacional y Católica ya corrigieron. Escribano “público” es cuando se accede al usufructo del registro después de jurar ante la Corte.

–Está la otra garantía constitucional que dice que el mercado laboral es el que decide quiénes reúnen los requisitos “según la capacidad y la idoneidad”.

–El mercado laboral es para las profesiones liberales o para el comercio. Yo, escribana, no puedo elegir el mercado laboral de un juzgado.

–¿Acaso al público no le conviene: más oferentes menores precios?

–Ahí hay otro problema, porque nosotros nos regimos por una ley de aranceles. Así es la función pública. Está regulada porque alguien puede subir a las nubes sus precios. Nosotros presentamos informes trimestral, anual. Tenemos que pedir permiso para salir del país y somos juzgados disciplinariamente por la Corte.

–Una de las denuncias es que muchos escribanos con título pero sin habilitación están trabajando para los que tienen registro.

–Y eso está mal. Es delito. Porque se finge una función que no tiene.

–Y también se cuestiona que se está pagando impuesto a un particular, al escribano, en vez de pagar directo al Estado.

–Nosotros somos agentes de información, de retención y de pago. El escribano es un colaborador del fisco. No es impuesto. Es arancel por el servicio profesional. El arancel es además viejísimo.

–Otra cuestión es que el escribano al final no se hace responsable ni si el título es falso y ni si es robado.

–Yo soy responsable de mis escrituras. El que firmó también es responsable. Si le prestó su protocolo que no es escribano de registro, lo mismo es responsable el que firmó. No se salva.

–Se plantea además suplantar a los escribanos por formularios.

–La ley que quieren meter aquí es la misma que existe pero suprimiendo el concurso de oposición. No se habla de nuevas formas de hacer escritura ni nada.

–Hay una corriente que dice que el trabajo de escribanía es anacrónico, que se justificaba en la Edad Media porque la gente no sabia escribir.

–Justamente esta profesión se creó en la Edad Media, en el 1200, a través de Rolandino Passaggeri (1215-1300). Desde el primer viaje de Colón hubo escribanos acá y se guardan los documentos. Solo en los países anglosajones no se guarda nada.

–¿Para qué se estudia Notariado si no van a dar el registro habilitante?

–Y no deberían haber estudiado. La mayoría son abogados los que estudian Notariado, por ser una carrera afín. Desde el primer día en que el estudiante pisa la facultad sabe que el registro no está a la vuelta de la esquina. La ignorancia de las leyes no se presume.

–Los identifican a ustedes como élite privilegiada.

–Es un proyecto de ley populista. En el populismo se dicen cosas que la gente quiere escuchar. Busca que se tenga lástima de alguien. El populismo tiene varias versiones. Se usa la lástima, la falacia para llamar la atención. No pasa de un discurso populista porque nuevamente partimos de una premisa falsa. Los que se recibieron saben perfectamente que deben someterse a un examen. En mi época (el exdictador Alfredo) Stroessner tenía la potestad de dar el registro. Recién desde 1995 hay examen y hay como 400 que ya entraron por concurso.

–Se dice que cambió poco y que todos son hijos de “alguien”, amigos del influyente de turno.

–Hoy acá “el cucú” es el examen nomás. Hay 42.000 abogados matriculados que este semestre pueden haber subido a 44.000. Muchos de ellos se recibieron también de escribanos. Según este proyecto de ley, todos ellos pueden tener una escribanía, imagínese.

–¿Cuántos son hoy?

–Somos 1.200 y presentamos trimestralmente planillas a la Corte; presentamos a Seprelad. Hay un equipo de la Corte que audita y nos controla. Quiere decir que si se aprueba la ley van a tener que contratar a centenares de funcionarios para esa tarea de auditoría y control. Para el registro deben ingresar documentos auténticos y nosotros somos los autores de los documentos.

–¿El avance de la tecnología no acelera acaso los procedimientos?

–Pero nosotros estamos lejos de la tecnología. Es nuestra realidad.

–La tendencia es que se use el trabajo de los abogados.

–Ese es el sistema norteamericano, anglosajón. Todo el mundo consulta con un abogado. La justicia en esas latitudes tiene muchísimos problemas porque está muy congestionada, porque no existe el documento auténtico. El costo de la justicia en Estados Unidos es ocho veces más caro que cualquier otro país que tiene notariado organizado. Casi todos los contratos celebrados entre particulares son cuestionados. La función notarial frente a la judicial es preventiva porque si un documento notarial está redactado con todas las de la ley, no tiene errores. Ese documento hace plena fe en la justicia. En cambio, el contrato privado siempre apeligra ir a la justicia.

–¿Se puede cometer estafas utilizando la escribanía? Hay un dicho popular que dice que no hay que firmar con la lapicera del enemigo.

–La gente confía en su escribano. Cualquier país con este régimen tiene garantía de seguridad. La excepción en nuestra región es Uruguay. El notariado en ese país adolece de muchísimos problemas porque los que trabajan tienen ley de aranceles. No les alcanza porque la cantidad de trabajo es muy inferior a la cantidad profesional de egresados que tienen su escribanía.

–¿Paraguay desde cuándo usa el servicio del escribano?

–Desde la Fundación de Asunción. Existió siempre. En la Colonia ya hubo examen (de oposición) en el Cabildo. Como no había Facultad de Derecho, la gente debía conocer el derecho. Colón llegó a América con un notario llamado Rodrigo de Escobedo. El acta está en Sevilla. En Europa se conserva todo lo del Descubrimiento de América. El (Colón) dice que “toma posesión de las tierras para los reyes españoles Fernando y Aragón...”. Antes se hacía la escritura a mano, luego a máquina de escribir, ahora a computadora. Enviamos nuestros informes a la Corte por internet. Hay una serie de aplicaciones en informática también. Esta cuestión que hacen de la profesión de escribano público me hace acordar del Licenciado Vidriera, el personaje de Cervantes, excepcionalmente dotado para la visión crítica de la sociedad de su época, gracias a su sabiduría, experiencia y locura-cordura. Le preguntaban, por ejemplo, por la profesión de sacerdote. Él respondía: “Estudia las almas para que Dios te reciba...”. ¿Y qué opina del escribano? le preguntaron. (la obra es de 1613) y el Licenciado Vidriera respondía: “Si no fuera por el oficio del escribano la verdad andaría por el mundo a oscuras sobre el tejado”.

(holazar@abc.com.py)