Cuando Raúl Castro cumpla su período “constitucional” en el 2018 tendrá 87 años y nada indica por ahora que esta fecha y la muerte de Fidel impliquen profundos cambios en la isla.
Podrá haber ahora políticas más abiertas, como de hecho existen desde la asunción de Raúl, pero ¿cuánto tiempo pasará para sacar de la cabeza del cubano el virus totalitario del castrismo, tal como aquí sucede: después de casi 28 años mucha gente aún piensa que durante la dictadura “eran felices pero no lo sabían?”.
En estos momentos hablar de Fidel es dividir a la opinión pública. Sin embargo, cuando hablamos de la institucionalidad de Cuba puede mejorar la cuestión, sobre todo si tratamos de evitar el subjetivismo y nos atenemos a lo que los propios cubanos castristas escribieron, como por ejemplo la Constitución de aquel país.
Reelección irrestricta
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Es una cuestión de moda aquí, en Nicaragua, en Ecuador y recientemente también en Bolivia: la reelección; veamos lo que dice al respecto la Constitución cubana, en la que rige la reelección irrestricta. En su artículo 92° se establece que “el mandato confiado al Consejo de Estado por la Asamblea Nacional del Poder Popular expira al tomar posesión el nuevo Consejo de Estado elegido en virtud de las renovaciones periódicas de aquella”. ¿Hay forma de parar a algún dictador mesiánico, populista o sanguinario con esta Constitución? Por supuesto ninguna.
Los procesos autoritarios tienen sus vasos comunicantes, de ahí que no costó nada a Hugo Chávez en su momento copiar a su “país modelo” en esta materia. La Constitución (antes de Chávez) de Venezuela disponía: Art. 230°: “El período presidencial es de seis años. El presidente o presidenta de la República puede ser reelegido o reelegida, de inmediato y por una sola vez, para un nuevo período”. La actual Venezuela de Maduro dice que “el período presidencial es de seis años. El presidente o presidenta de la República puede ser reelegido”.
Stroessner, en Paraguay, fue “elegido” ocho veces. En los años 54, 58, 63, 68, 73, 78, 83 y 88. En el año 67 se cambió la Constitución para que pueda ser reelecto, pero en el 77 se dieron cuenta de que el dictador no tenía intenciones de dejar el cargo, por lo que los constituyentes (solo colorados, sin oposición) optaron por la reelegibilidad irrestricta y el texto de la reelección fue cambiado simplemente así: “...y podrá ser reelecto”.
La idea central de los “revolucionarios” es cambiar la Constitución de sus países para eternizarse en el poder, tal como lo busca Evo Morales, lo hizo Daniel Ortega y lo intentó Rafael Correa. O como lo siguen soñando los cartistas en Paraguay.
Partido único, mezclado con el Estado
El capítulo uno de la Constitución cubana dice que la soberanía “reside en el pueblo” y el poder es ejercido “directamente o por medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado...”
Sin embargo, en el artículo 5 dice que el Partido Comunista de Cuba “martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”.
No obstante, hay personas que no creen en la existencia de partido único en Cuba, no de hecho sino de derecho, contrariamente a lo que sucedió en Paraguay desde la revolución de 1947 hasta la caída del stronismo. La Constitución garantizaba las libertades públicas pero de hecho se perseguía a los opositores de modo que solo podían operar los partidos “regulares”, es decir, reconocidos por las dictaduras de turno.
En Cuba la propia Constitución establece que el partido comunista marxista leninista es el partido oficial del Estado, tal como lo fue de hecho el Partido Colorado en Paraguay durante los gobiernos posrevolución del 47. En aquella época y durante los primeros gobiernos de Stroessner solo el Partido Colorado “competía” consigo mismo, ya que no existían oposición ni prensa libre.
¿Cómo consiguió Fidel Castro el control del poder durante tanto tiempo sin que importen los notorios abusos dictatoriales? La historia se encargará de eso, pero quienes piensan que apenas se retire Raúl Castro comenzará la democracia en Cuba, posiblemente se equivocan, puesto que Fidel logró la identificación de su persona con el régimen, el Estado y la nación.
ebritez@abc.com.py
