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De aquel monto, 57 millones de dólares canadienses fueron a Canadá (C$, casi igual en US$), unos US$ 30 millones se esfumaron a través del venezolano Marcelo Barone, quien se mudó con los fondos a Gran Bretaña a darse la gran vida, y hay US$ 89 millones que nadie explica a dónde fueron a parar. La historia de Cajubi en Canadá comienza en 2005 con un broker argentino llamado Arturo Girardi y una empresa canadiense denominada Universal Settlements International (USI), creada en 1997, cuyos accionistas eran Antonio “Tony” Duscio, presidente de la compañía, Jeff Panos y Chris Halas.
Por el intercambio de correos electrónicos a cuyas copias accedimos, evidentemente Girardi tenía una estrecha relación con las autoridades de Cajubi de la época a través de otro argentino, o uruguayo, llamado Eduardo García Mascheroni, tocayo de Eduardo García Obregón, este último canadiense de origen guatemalteco con quien ABC Color conversó largamente en un lugar cercano a Toronto en junio del 2015.