Ocho efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) fueron asesinados en la zona de Arroyito, al estallar una bomba en el paso del camión que los transportaba. Poco antes, los miembros de la FTC salieron de su destacamento del asentamiento Núcleo 6.
El camión fue neutralizado con una bomba detonada a distancia por un comando del EPP, que utilizó una jeringa adherida a una batería para generar la corriente transmitida por el cable conectado al artefacto explosivo casero.
Los primeros en ser masacrados fueron los seis uniformados que estaban en la carrocería cubierta por una carpa: el sargento primero Robert Fabián Cañete Pereira, el sargento primero Éder Ramón Arias Cáceres, el sargento primero Hugo Alberto Candia Benítez, el vicesargento primero Genaro de Jesús Arias Palacios, el vicesargento primero Pablo Farías y el sargento segundo (soldado profesional) Sergio Daniel López.
Algunos de los citados intentaron reaccionar al ataque iniciado por el EPP, e incluso llegaron a disparar sus fusiles, pero fueron sobrepasados y eliminados uno a uno. Simultáneamente, los dos militares que iban en la cabina del camión, el suboficial principal Lucio Dejesús Torrasca Galván, quien manejaba, y el subteniente Félix Fernando Fernández Duarte, quien era el jefe de patrulla, llegaron a salir del habitáculo y se parapetaron en un charco, al costado del camino. Los dos militares intentaron en vano hacer frente a los criminales, quienes después de balearlos se acercaron y los remataron con disparos en la cabeza.
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Tras consumar la masacre, el EPP se apoderó de un importante arsenal: seis fusiles M4 calibre 5.56 que tenían los militares, más un arma de apoyo que usaban y que sería una ametralladora antiaérea calibre 7.62.
Acto de recordación
Se prevé la realización de un acto de recordación de los militares asesinados, esta mañana, en el destacamento donde servían, situado en el predio de una estancia ubicada en el asentamiento Núcleo 6 de Arroyito.