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La mujer, además de gozar del privilegio de percibir un sueldo sin prestar servicios en el lugar asignado, vivir dos años en el Brasil cobrando en dos instituciones en nuestro país, tener chofer pagado por los contribuyentes, etc., se pega el lujo de pasearse en el coqueto automóvil de las FF.MM.
La solidaria mujer del comandante, que “ayuda a los más necesitados”, le sale bastante caro al Estado, ya que, aparte de pagarle el sueldo, le costea hasta su movilidad bajo el mando del marido. El hijo de Garcete también fue fotografiado yendo al estudio en móvil de las FF.AA. con chofer de la institución. La familia cuenta también con uniformados que les realizan tareas domésticas.