“Se escapó” de su unidad

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LUQUE (Antonia Delvalle C., corresponsal). El policía Gustavo Florentín, presunto asesino del joven liberal Rodrigo Quintana, no tendría que haber salido de la Agrupación de Seguridad, que funciona en la propia Comandancia, ya que desde el 15 de marzo soportaba una medida de arresto domiciliario ordenada por el juez Nelson Romero, en el marco de una denuncia por violencia doméstica.

El efectivo quedó preso en su unidad, a cargo de su jefe, el comisario principal Julio Melgarejo Cáceres. Sin embargo, al desatarse los disturbios que precederían al crimen en el local del PLRA, el citado agente se escapó de su unidad, tomó una escopeta de la armería y un casco táctico, supuestamente sin ninguna orden verbal ni por escrito, de acuerdo con un escrito remitido por la Comandancia al Juzgado.

El policía no representaba un peligro para la sociedad, según un test psicológico que le practicaron recientemente, tras el problema con su mujer.