El 21 de enero del 2016 la Senad se equivocó al poner el año en un informe oficial remitido a Alexis Omar Bolaña, de la Policía Argentina, ya que consignaron 2015 en lugar de 2016. Sin embargo, el resto de la información era verdadera: Tenía con precisión y exactitud, inclusive en coordenadas, la ubicación de la casa, la zona y el barrio donde estaba el prófugo argentino Ibar Pérez Corradi.
En ese momento Pérez Corradi aún estaba en esa casa. Estaba viviendo junto a la familia de su pareja María Gladys Delgado el tramo final del embarazo de ella: el parto ocurrió recién en febrero de este año.
Ibar Pérez Corradi está acusado en su país de ser el instigador intelectual de tres asesinatos y de lavar dinero; los Estados Unidos también pidieron su captura por tráfico de oxicodona. Todas estas presunciones le valieron la alerta roja que Interpol coloca a personas buscadas en todo el mundo.
El informe que remitió la Senad tenía hasta una foto de la casa luqueña alquilada por Pérez Corradi, con muralla alta y cerco eléctrico. El reporte describía perfectamente la residencia, la zona, la dirección de donde estaba viviendo Ibar Pérez Corradi, alias José Luis Fernández, alias Walter Miguel Ortega.
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El reporte describía el entorno familiar de la pareja de Pérez, los hermanos, hijos y hasta los números de teléfono a los cuales se llamó desde una línea telefónica de celular. Aseveraban que habían hecho seguimiento inclusive el viernes 15 de enero a las 8:45 de la mañana.
Las seis páginas del informe culminaron sin novedad alguna, expresando brevemente que también sabían de otra casa ubicada en un lugar de Central que habían vigilado y solo vieron albañiles.
Pérez Corradi, en ese momento, estaba en esa vivienda de Luque según pudimos confirmar desde nuestro diario.
Fue recién a mediados de febrero de este año cuando, debido a la alta exposición de su rostro tras un infructuoso intento por detenerlo en CDE, Pérez Corradi volvió a huir junto con su pareja y sus dos hijos.
Policía y Senad
Los investigadores argentinos no ocultan su impotencia fuera de micrófono. Revelan complicidades, llamativos silencios, operativos que fueron revelados y creen que el “ruido” que se hizo en febrero, cuando se dijo que se había detenido a Pérez Corradi, fue intencional para frustrar la detención del hombre.
En este caso hay mucho más en juego que tres muertes y tráfico de drogas. Implicancias políticas y hasta tráfico de influencias podrían salir a la luz si Pérez Corradi hablara, es lo que dicen del lado argentino.
El prófugo más buscado de la Argentina vivió cómodamente en Paraguay desde el 2012. Utilizó casas y departamentos en lugares muy habitados, céntricos, sobre asfalto tanto en Ciudad del Este como en Gran Asunción. No se escondió, visitaba shoppings y hasta tuvo tiempo para engendrar dos niños paraguayos sin que nadie lo molestara. Tan buena letra hizo que le regalaron la cédula de un muerto.
El caso ridiculiza a la Policía Nacional, a los antidrogas y revela ocultamiento y protección a un narco con órdenes internacionales de captura.
A las 12:40 de ayer contactamos al titular antidrogas, Luis Rojas, pero al igual que días anteriores no nos atendió.
mabel@abc.com.py
