Siete guardias, el celular y heridas de defensa

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- La fiscala María Irene Álvarez confirmó ayer que están en la mira los siete guardias que en el momento del asesinato de la joven Lidia Meza Burgos estaban “custodiando” la zona donde Marcelo “Piloto” Pinheiro cometió el crimen. La agente, aunque no quiso revelar prácticamente ninguno de los detalles de la investigación abierta para “no entorpecer el caso”, dijo que todos los implicados serán citados a declarar, aunque verá si como testificales o indagatorias. Asimismo, la agente fiscal indicó que obviamente en la Agrupación Especializada había muchos policías, desde la entrada del recinto. La investigación en nuestro país gira en torno a posibles cómplices del homicidio doloso o, en su defecto, en la facilitación para cometer el hecho punible.

- Desde el Ministerio Público acabaron ayer con la incógnita de la supuesta desaparición del teléfono celular de la víctima que fue reclamado por familiares de la Lidia Meza. La fiscala María Irene Álvarez dijo que está en poder del Ministerio Público. La fiscalía también incautó los aparatos celulares de los guardias y de otras personas que pudieron tener conocimiento de los hechos, así como el libro de novedades y otras evidencias. La investigadora no quiso hacer precisiones sobre la existencia de videos de circuito cerrado. Desde la Agrupación Especializada ya dijeron que las cámaras llamativamente no funcionaban. También, la pesquisa apunta a una presunta red de trata de personas, ya que las visitas en las “privadas” son solo para quienes contrajeron nupcias.

- María Irene Álvarez no quiso dar detalles sobre los signos de defensa en el cuerpo de la joven Lidia Meza. Dijo que la información es “muy delicada”, debido a que surgieron indicios de que opuso resistencia y, de esta forma, sería improbable que nadie escuchara lo que estaba sucediendo en la celda de Piloto. El forense Pablo Lemir confirmó, tras la autopsia, que la muerte de la mujer no fue inmediata y que dos heridas en la región lumbar provocaron la hemorragia interna que terminó con su vida. El profesional también indicó que recibió 16 puñaladas importantes, pero tenía otros cortes en el resto del cuerpo. A su vez, manifestó que las dos heridas contusas en la cabeza no causaron fractura ni hemorragia y todo hace suponer que no le hizo perder conciencia.

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