El presidente del TSJE, Jaime Bestard; Alberto Ramírez Zambonini y María Elena Wapenka no tienen excusas para argumentar que no sabían o desconocían que estaban obteniendo un importante sobresueldo en los conceptos mencionados, tal como lo sugirió de alguna manera hace unos días la ministra Wapenka en su defensa ante el escandaloso manejo de dinero público descubierto.
Sus salarios mensuales incluyen cobros de bonificaciones por responsabilidad en el cargo, gestión presupuestaria, administrativa y de tesorería. (ver facsimilares).
Estos beneficios se asignan a los funcionarios “que trabajan en presupuesto y los que manejan plata”, ya había explicado el viceministro de Hacienda, Ramón Ramírez, cuando salieron a luz los cobros de viáticos de Wapenka.
La ministra fue la primera en ser descubierta cobrando viáticos por varios cursos de honestidad que supuestamente daba en el interior del país, cuando en realidad estaba en el extranjero, según registros de Migración. Apareció posando en fotografías de encuentros internacionales cuando declaró estar trabajando dentro de Paraguay.
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Bestard y Zambonini también cobraron varios viáticos por viajes no efectuados y están en la lista de investigados de la fiscalía, al igual que Wapenka, pero culparon a la exadministradora Liliana Gneting de esto.
Wapenka, en el último evento en Pilar donde fue a dar “cátedras de honestidad”, intentó confundir sobre los montos consignados en su salario. Dijo que el administrador del TSJE debe responder sobre las denuncias y alegó: “Yo jamás pisé la oficina de la administración”, aunque como se demostró, ella y sus colegas cobran por trabajos administrativos, según lo divulgado en virtud de la Ley de Transparencia.