Un niño con hambre en la escuela no puede aprender

Andrés Palma, exministro de Planificación de Chile, relata su experiencia como exhombre de confianza de la presidenta Michelle Bachelet en la reforma educativa, que enfrentó por varios años al Gobierno con los estudiantes de secundaria, de la universidad y con los propios educadores. En esta entrevista, Palma plantea salidas para detener la preocupante deserción escolar que se produce generalmente en la transición entre la primaria y la secundaria.

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–¿En qué terminó ese largo proceso de protesta de los estudiantes chilenos?

–Fue un movimiento bastante prolongado. Se inició en el primer Gobierno de la Presidenta (2006-2010). Se conoció como la Revolución de los Pingüinos, porque se parecían a los pingüinos cuando marchaban por las calles: chaqueta oscura, camisa blanca, pantalón gris... Después vino el Gobierno del presidente (Sebastián) Piñera (2011-2015). La movilización fue de los estudiantes universitarios. Los mismos pingüinos de la presidenta Bachelet ya habían llegado a la universidad. Como no se habían cumplido sus expectativas fue una movilización muy masiva. Ese fue el verdadero período de gran movilización estudiantil que, en un momento dado reunió a un millón de personas. Fue una iniciativa muy creativa. Imitaron una canción de Michael Jackson, el thriller de los zombies. Fueron como cinco mil “zombies” frente al Palacio de Gobierno. Fue llamativo, muy convocador a la ciudadanía. Eso fue lo que gatilló que en el segundo mandato de Bachelet, el eje de su gobierno fuera la reforma educacional.

–¿Cuáles fueron sus reivindicaciones? ¿Fueron aceptadas todas?

–Básicamente reivindicaban la gratuidad de la educación superior. Los recursos del país no alcanzan para dar gratuidad a la educación superior en este momento. La ley está en trámite en el tribunal constitucional. Se estableció que para las familias del 60% de menores ingresos del país, la educación superior debe ser gratuita. Debe irse aumentando al 70%, 80% hasta alcanzar el 100% en la medida en que se cumplan determinadas condiciones vinculadas al crecimiento de la economía y la recaudación.

Ahora, el presidente Piñera quiere avanzar en la educación técnico-profesional superior y ofrece gratuidad hasta el 90% a las familias de menores ingresos si estudian carreras técnicas. La reforma significó un incremento de impuesto principalmente al 1% más rico de la población lo que permite pensar que en un futuro no muy lejano se podrá financiar con impuestos generales la totalidad de la educación. Mientras el país tenga mejores niveles, tanto a nivel escolar como mejores técnicos y profesionales, entonces es un activo-país. En la medida en que es gratuita todos tienen la misma oportunidad de acceder a la educación superior.

–El problema es cuando hay fugas de los fondos de educación.

–En Chile, por eso mismo, uno de los cambios de la reforma que hemos impulsado es sacar la educación de los municipios para llevarla a los servicios locales de educación. En la dictadura, los establecimientos educativos del Estado pasaron a manos de los municipios. Hoy los sacamos y se crearon servicios públicos cuyo único objetivo es la educación.

–¿Qué hacían mal los municipios?

–Los municipios podían desviar recursos. No es que se roban la plata sino que recursos que el Estado destinaba a educación, pueden destinarlo a otra cosa.

–Existe una controversia por este dilema de aumentar los impuestos. En Paraguay se asustan porque se puede espantar inversionistas.

–Es una ficción que las grandes inversiones se decidan por los niveles de impuestos. Las grandes inversiones se deciden por los niveles de estabilidad, de las condiciones de los países. Si en Paraguay ha habido mayores inversiones en los últimos años es porque hubo una cierta estabilidad política institucional, mayor de la que había tenido en el pasado. En Chile ocurrió lo mismo. Terminó la dictadura y los flujos de inversión extranjera aumentaron en forma gigantesca pese a que aumentamos los impuestos. El impuesto no es una variable de largo plazo relevante. En el corto plazo, sí es relevante pero para la especulación. Los que especulan son los que generan inestabilidad económica.

–Aquí la crítica es cada vez más dura al sistema educativo. Se le culpa directamente de la pobreza y la desigualdad. El que deserta no está preparado ni para un oficio.

–Los efectos del cambio en educación tienen unos efectos en el corto plazo, pero el verdadero impacto es en el largo plazo. Nosotros, para llegar a retener al total de la población escolar decretamos a comienzos de 2000 la obligatoriedad de la enseñanza media. El programa de alimentación escolar ya lleva 50 años así como el centro de perfeccionamiento del magisterio. Tienen su efecto. Cuando vino la crisis de la dictadura en 1982 las familias seguían llevando a sus niños a las escuelas porque ahí estaba su comida diaria. Se hizo costumbre.

–Gancho para que no deserten.

–El objetivo no es el gancho de la alimentación. Al estar el niño alimentado, al tener esa garantía, va a tener un mejor desempeño escolar. Un niño con hambre no puede aprender ni concentrarse. No tiene capacidad física y sicológica. Alimentado sí puede concentrarse y aprender.

–¿Por qué la crisis de deserción se produce entre los 13 y 14 años?

–Es el tiempo del cambio de nivel escolar, de la primaria al primer nivel de la secundaria. Esa mayor deserción la tenemos en Chile dos años después porque tenemos ocho años de educación primaria, en el noveno grado. Hay una discusión entre pedagogos porque se aprobó también en la reforma del 2008, volver a seis años pero se ha ido postergando.

–¿Cómo puede mejorar la educación si de 100 estudiantes, 59 abandonan el colegio, el 41% llega al último año de la secundaria?

–No hay varita mágica para resolver eso. Pasar de 50% de los estudiantes a 60% es un esfuerzo importante; al 70% es un esfuerzo mayor todavía. Hay medidas que se pueden adoptar y que van teniendo un efecto gradual. En Chile hay dos recursos que se crearon con ese objeto. Uno es lo que se denomina la subvención escolar preferencial. Es un recurso que se aporta a los establecimientos por cada niño en condición de vulnerabilidad que asiste al establecimiento. Si yo tengo niños que pueden ser desertores futuros, yo le entrego a ese establecimiento más recursos por esos niños para que puedan desarrollar un plan de apoyo. Lo otro. En Chile se estableció lo que se llama la subvención por retención. Si un niño termina el año escolar, al año siguiente ese establecimiento tiene una cantidad de dinero por ese niño. Si no termina no tiene esa cantidad de dinero. Es un incentivo.

–¿La secundaria acaso no debe preparar a los jóvenes para la vida, no necesariamente para la Universidad?

–La vida puede tomar muchos rumbos. Por eso, la capacidad de aprender es lo que debe ser el objetivo de la educación básica y media, desarrollar habilidades de aprendizaje, potencialidades, no dirigirlos. Lo que debe haber para los desertores es un sistema de capacitación en oficios, diferente del sistema educacional. Con una capacitación en oficio podría mejorar muchísimo sus condiciones de vida, pero no es tarea del sistema educacional resolverlos. Tiene que haber otras políticas públicas vinculadas al Ministerio del Trabajo, de Hacienda, que generen esas alternativas.

–Se critica mucho también la falta de preparación de los docentes y su rechazo a la capacitación. Siempre se imponen en eso cuando se les reclama y van al paro.

–Hay docentes mejores y peores. Eso tiene que ver con el lugar donde se formó, el instituto o la universidad. Lo mismo pasa con los niños que pasan el nivel parvulario para su formación en la vida. Los cambios en esos niveles tienen que ser bien estudiados. La selección previa de quienes vayan a ir a estudiar pedagogía también es muy importante. En Chile hemos elevado las exigencias para estudiar pedagogía. Lo otro que es muy importante es eliminar lo que los profesores llaman, con razón, el agobio docente; hacer muchos informes, tomar muchos cursos, revisar muchos estudios y no tienen tiempo para ello.

Por eso estamos aumentando las horas no lectivas. Un profesor está contratado por 40 horas, y 10 de ellas tiene que tener libre para preparar clases, atender alumnos, en definitiva tener tiempo para ser un mejor profesor. El efecto es en el corto plazo. El otro, la formación inicial docente tiene efecto en el mediano y largo plazo. Pero aumentar la hora no lectiva está comprobado que es mas importante que disminuir el número de alumnos por aula. Yo voy a hacer una clase más entretenida, menos monótona, en la medida en que tenga tiempo para prepararla.

–El otro drama es el analfabetismo funcional. Es alto el número de los que no entienden lo que leen. No razonan.

–En todos nuestros países existe el analfabetismo funcional. Es el dejar de usar las habilidades que uno aprendió en la escuela. Se produce más en la edad adulta. En definitiva, el que deja de leer tiene dificultades para seguir una instrucción que se le entrega por escrito o el que usa calculadora puede perder la habilidad de hacer un cálculo mental elemental. La calculadora piensa por él. Ese analfabetismo funcional es algo que estamos viviendo en todos los países.

–¿Es reflejo del nivel de pobreza y desigualdad?

–Hay una relación entre pobreza y desigualdad con desarrollo y habilidades culturales. Hay estudios internacionales que demuestran que los niños que tienen mejor desempeño en la educación son los hijos de padres universitarios. Eso tiene relación más que con el nivel de ingreso, con el nivel de habilidades culturales que los niños tienen en su hogar.

–¿Cuánto invierte Chile en educación?

–El sector público es un poco más del 6% del PIB. El sector privado es como 3% del PIB, alrededor del 9%.

(holazar@abc.com.py)

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