El político colorado hizo cinco declaraciones juradas. En 1994, 1999, 2002, 2003, 2005 y 2006. A finales de ese último año, la Contraloría General de la República determinó que no existía correspondencia de ingresos y egresos.
El entonces fiscal anticorrupción Arnaldo Giuzzio (hoy senador) abrió una investigación por enriquecimiento ilícito en el 2006 y tuvo la causa hasta el 2012, pero nunca realizó la pericia contable, que fue ordenada ahora por su sucesor, Luis Piñánez.
En la carpeta fiscal más bien se consignaron documentos acercados por el abogado defensor Óscar Latorre, para intentar justificar el origen de la fortuna.
El Ministerio Público solo puede indagar los bienes adquiridos los últimos diez años, por lo que esta investigación se encamina al “blanqueo”.
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Bogado hizo su primera declaración cuando fue nombrado jefe de mantenimiento de Antelco en 1994 y consignó un salario de G. 1.088.000 mensuales (el mínimo era de G. 347.000), un vehículo Kia Capital valuado en G. 26.000.000 y una deuda por el mismo automotor de G. 12.000.000 a Gunder SA. Declaró, además, un pequeño ahorro de G. 2.450.000 en el Banco Nacional de Fomento (BNF) y nada de inmuebles.
Para su segunda declaración en 1999 ya poseía cuatro inmuebles y cinco vehículos con un salario de poco más de G. 6 millones. Para la tercera presentación (2002), anexó la compra de dos nuevas propiedades, una en San Bernardino y otra en Asunción y su ahorro había aumentado a US$ 30.136 y G. 154 millones.
En la cuarta declaración, en 2003, cuando fue electo diputado, declaró un nuevo inmueble en el distrito San Roque de Asunción, una camioneta Toyota y un Mercedes Benz E 300, año 2000, un ahorro de US$ 58.404 y G. 219.000.000; y en la quinta manifestación, en 2005, declaró los mismos bienes y ahorros anteriores. A partir de allí estuvo en la mira fiscal, y los bienes que en un principio figuraban a su nombre, fueron pasando a manos de otras personas.
