Víctor Ríos buscó vengarse con la supresión del Conec

Cuando el Consejo Nacional de Educación y Cultura (Conec), en cumplimiento de sus obligaciones, tenía la mirada puesta en la Universidad de Pilar ante las muchas denuncias de supuestos hechos de corrupción, el diputado Ríos presentó, el 18 de junio de 2015, un proyecto de ley “Que deroga artículos de la Ley Nº 1264 General de Educación”.

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De la extensa “exposición de motivos”, copiamos los dos últimos párrafos: “Otro hecho, no menos importante, es que algunos miembros del Consejo Nacional de Educación y Cultura (Conec) que integran el Consejo Nacional de Educación Superior (Cones) han extorsionado en forma permanente a algunas universidades públicas e, incluso, con amenazas, de intervención o amenazas a interventores para condicionar sus tareas.

El ejercicio abusivo del poder que confiere ser miembro del Cones es público y notorio a través de declaraciones públicas y documentos oficialmente presentados a este Consejo, amenazando al propio Cones y al interventor de una Universidad Pública.

Este nivel de degradación ética e institucional del Cones contamina todo el sistema educativo causando gravísimos daños a la educación paraguaya, lo cual deslegítima absolutamente a esta entidad y su continuidad va a significar mayor daños al sistema, situación que de ninguna manera puede tolerarse.

Considerando el relato de los acontecimientos y los argumentos esgrimidos y teniendo en cuenta que, el Consejo Nacional de Educación y Cultura desde su creación no realizó ningún aporte intelectual relevante y tampoco presentó propuestas importantes y significativas que contribuyan en favor de la política educativa y cultural, no existen razones suficientes y convincentes que sustenten la continuidad de este Consejo.

Las compilaciones en formato de libros que rutinariamente presenta el Conec, además de ser simples descripciones de saberes establecidos, es decir, no constituyen ningún aporte de ideas nuevas, pueden ser realizadas por cualquier persona o entidad que trabaje dentro del sistema sin gastos extras como en este caso, por lo tanto, también desde el punto de vista financiero el funcionamiento del Consejo Nacional de Educación y Cultura implica gastos superfluos para el Estado, y son de los que deben ser eliminados para disponer de más recursos, por ejemplo, para mejorar las remuneraciones y la jubilación de los docentes”.

Aquí le tenemos al diputado Víctor Ríos defendiendo al rector Víctor Ríos. También por estos actos la Ley prohíbe la doble función de parlamentario y rector. Lo más llamativo del proyecto presentado por Ríos es su preocupación porque el Estado ahorre recursos “para mejorar las remuneraciones y la jubilación de los docentes”. Lo dice al mismo tiempo de despilfarrar, en beneficio propio y de sus adherentes, la cuantiosa suma de dinero que administra.

Dinero que, como veremos en detalle más adelante, va desde “investigaciones” que jamás se hacen, hasta abonar por cátedras a las que no se asisten.

“La ley del miedo”

Hemos conversado con la señora Juana Delgado Torres, vicepresidenta de la Coordinadora por la Transparencia del recurso del Estado. Esta entidad ha venido trabajando desde hace años en el acopio de documentos que prueban las muchas irregularidades, “algunas delictivas”, sobre el funcionamiento de la Universidad de Pilar.

“En esta ciudad –nos dijo Juana Delgado– nos conocemos todos. Sabemos con detalles el manejo en las facultades y, desde luego, en el rectorado. Aquí se impuso la ley del miedo y de la impunidad. Hay profesores –los que no están en la cercanía de Víctor Ríos– que desean hacer denuncias de las cosas que se hacen, pero tienen miedo.

Tienen miedo los estudiantes. No hablan porque podrían perder su carrera. Con este sistema, más el prebendarismo, Ríos se hace de una coraza impenetrable y hace lo que quiere”.

Nuestra entrevistada nos cuenta que se había incorporado a la entidad en 2013. Desde entonces, junto con los demás miembros, gestionan ante la opinión pública, y ahora ante la justicia, que la Universidad de Pilar vuelva a hacer una institución respetada y respetable y que los culpables sean debidamente castigados.

“Desde hace demasiado tiempo los pilarenses pasamos por el tormento de las críticas por culpa de nuestras autoridades universitarias. Y también de la justicia, que nada hace. Pero nada puede hacer porque Víctor Ríos ubica como profesores a jueces y fiscales. Y también periodistas. El año pasado se intervino la Universidad y muchas cosas dejaron pasar por alto. Algunas descubrieron, pero no se tomaron medidas”.

PRÓXIMA NOTA: La “intervención” de la universidad.

alcibiades@abc.com.py

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