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¿Qué pueden decir Maduro y sus defensores del Paraguay, tratando de descalificar la postura del gobierno nacional? Seguramente dirán, entre otras cosas, que:
1. “Paraguay carece de autoridad para denunciar a otro por la supuesta vigencia de una dictadura en Venezuela, puesto que muchos de los dirigentes y líderes actuales del Paraguay fueron sostenes de la dictadura stronista que rigió en ese país hasta 1989”.
2. “El presidente de la República olvida que su padre fue secretario privado del dictador Alfredo Stroessner y líder partidario de la Asociación Nacional Republicana, Partido Colorado, que consintió la dictadura durante 35 años”.
3. “Paraguay no es modelo de democracia, menos aún si habría que medir la vigencia del Estado de derecho por el funcionamiento imparcial de la justicia ordinaria. Los propios candidatos a presidente que luego se hicieron presidentes basaron sus campañas electorales en una justicia dependiente absolutamente del poder político, dejando indefensa ante los abusos a la ciudadanía”.
¿Qué más pueden decir?
a. Que la denuncia ante la Corte Penal Internacional viola el derecho internacional de no injerencia en los asuntos internos de otros países.
b. Que Paraguay reacciona por venganza porque Venezuela apoyó activamente su suspensión como socio del Mercosur.
c. Que el Gobierno paraguayo es reaccionario, ultraderechista y dependiente de la política intervencionista e imperialista de Estados Unidos.
Todo esto pueden decir, y mucho más tal vez porque es la forma natural de reaccionar de las dictaduras. A pesar de los 29 años de libertad y democracia transcurridos, recordamos aún lo que argumentaban los voceros de la dictadura cuando otros países opinaban sobre la opresión que soportamos en aquella oportunidad, y los panegíricos del stronismo tenían la obligación de justificar y defender al “líder” y su régimen de terror y corrupción, similar al que soportan ahora los venezolanos.
La versión venezolana
Los hombres del régimen dictatorial de Venezuela ya reaccionaron diciendo en principio que rechazan el informe del Alto Comisionado para los DD.HH. de la ONU por su cuestionable metodología “que sepulta la credibilidad y el rigor técnico exigidos”. Sin embargo, el canciller Jorge Arreaza ya no pudo resistir la tentación de trepar con Maduro y trató de “sicario” al secretario general de la OEA, Luis Almagro. Así comienza y lo del canciller es un disparador.
Mientras países como Canadá, Estados Unidos, España y otros buscan mecanismos para movilizar fondos con el fin de asistir a los inmigrantes (se calcula que 2,3 millones de venezolanos huyeron del chavismo a otros países), los chavistas estarán elaborando sus contraataques a Paraguay, Chile, Perú, Colombia y Argentina, a quienes se sumará Canadá.