Mónica Galilea López es mamá de tres hermosos hijos: Bauti, Noah y Benja, los dos primeros son “estrellitas que brillan desde el cielo” y el último: Benja es el que despierta a su mami cada mañana, listo para jugar. “Muchas mamis tienen hijos en el cielo –como Bauti– que solo estuvieron el primer trimestre de embarazo. Si bien científicamente no pude saber el sexo, mi corazón supo que fue varón y por eso lo llamé así. Noah, el segundo, cumplió su primer año en la tierra. Era un terremoto. Gritaba de la alegría cuando algo le llamaba la atención. Le encantaba cantar con sus abuelas. Soplamos juntos su primera velita y, días después, voló al cielo”, fueron las emotivas palabras de Mónica, quien volvió a ser mamá por tercera vez.
“Benja es el tercero, llegó mediante mucha oración y confianza en Dios. Es resultado de muchísimo amor entre sus papás y de incontables buenos deseos de sus familias y amigos que lo rodean. Hoy tiene nueve meses y es un príncipe de ojos profundos y azules como el mar y de pelo rizado color miel. Es la dulzura hecha niño, suspira cuando me abraza y siempre busca la forma de apoyar su cabecita, haciéndome saber que me ama”.
Mónica empezó el camino laboral trabajando en radio y televisión, y más tarde en organizaciones y empresas. Luego, emprendió Tellma Contenidos, una agencia de relaciones públicas que hoy cuenta con ocho personas en la agencia y cinco años de experiencia.
“La agencia nació con el propósito de permitirme un equilibro entre trabajo y familia. Esto también proyecto para los colaboradores, sean hombres o mujeres. Una madre y un padre quieren estar para alimentar y jugar con sus niños. Nosotros generamos las condiciones para que eso sea posible”, agregó Mónica.
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“En estas fechas imagino un Paraguay mejor para mi hijo. Deseo un país donde las autoridades muestren voluntad política para eliminar prácticas que impidan la creación de nuevos empleos y también sueño con más madres que pueden llevar tranquilas el pan a sus mesas”, manifestó la joven madre.
Y para terminar...
“Lo más importante es crear un ambiente agradable en casa. Los niños son una bendición, no una carga. Es posible aprender a soltar el estrés, abrazando más los momentos de juego. Son gratis y todos nos beneficiamos”.
