Además, el continúo incremento del parque automotor y el aumento en los niveles de contaminación del aire y de liberación de gases de efecto invernadero, contribuye a lo anterior. En este marco, los agro-combustibles, o combustibles de origen biológico obtenidos de manera renovable a partir de restos orgánicos, constituyen una alternativa válida sobre todo en países poco industrializados, siempre y cuando se haga un uso racional y sostenible en su producción, lo cual implica que su producción y procesamiento debe ser sostenible; evitando la deforestación; el dejar de lado cultivos de consumo y sin ocasionar daños al ambiente.
CONCEPTO
Los bio-combustibles provienen de la biomasa, es decir de la materia orgánica que resulta de procesos biológicos naturales o artificiales. Se pueden utilizar en el hogar para la cocina, la calefacción y la luz, lo mismo que en ciertos procesos industriales y de reciclaje. Muchos vehículos utilizan estos combustibles mezclados con gasoil, en porcentajes preestablecidos. Es así que se utilizan virutas, aserrín de madera; de productos de descarte del manejo racional y planificado de bosques; así como de los cultivos agrícolas y subproductos como: la caña de azúcar, maíz, remolacha, mandioca; la soja, girasol, jatropha, jojoba, palmas. Son renovables, pues se producen a partir del cultivo y de procesos biológicos y físico-químicos más frecuentes y rápidos, que los fósiles. Además incluyen: el estiércol de los animales, el carbón vegetal, restos de cosechas como el bagazo de la caña de azúcar y de cereales; cáscaras y esencias de especies forestales como eucaliptos y pinos; microalgas marinas y otros.
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BENEFICIOS
Aplican como fuente energética para la iluminación, cocción de alimentos y transporte. Permiten la obtención de abonos ricos en nitrógeno, fósforo y potasio, que reemplazan a los fertilizantes químicos, más costosos y que dañan el medio. Disminuyen la cantidad de desechos orgánicos y excrementos animales, que son contaminantes del medio y focos de enfermedades para el hombre. Reducen las emisiones de monóxido de carbono, dióxido de azufre, partículas en suspensión emitidas, humo negro, hidrocarburos y compuestos volátiles presentes en mayor proporción, en los combustibles convencionales de baja calidad de los vehículos, camiones, colectivos y tractores. Ayudan a disminuir los gases de efecto invernadero; se mitigan los efectos del calentamiento global y se mejora la calidad del aire que se respira. Con su empleo, se reduce la importación de combustibles; se ahorran divisas que pueden invertirse en infraestructura vial; salud y educación. Desde el punto de vista socia-económico, se ayuda a la Agricultura Familiar, y promueve la generación de empleos verdes, disminuyéndose la desocupación.
CONCLUSIÓN
Los agro-combustibles constituyen una alternativa para reducir la dependencia del petróleo importado; minimizar los efectos del cambio climático y generar empleos verdes, sobre todo en el sector de la pequeña Agricultura Familiar. José Graziano da Silva, director general de la FAO señaló: “Si la pequeña agricultura está integrada adecuadamente a la cadena productiva de los agrocombustibles, los campesinos podrán beneficiarse de mejores precios para sus productos”.
(*) Especialista en Comunicación Rural
