Alcances de las huertas en escuelas y colegios - Ing. Agr. Fernando Díaz Shenker (*)

Este artículo tiene 6 años de antigüedad
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Hay que considerar a las huertas en escuelas y colegios como una herramienta productiva-educativa que actúa como estrategia didáctica para facilitar el aprendizaje de los alumnos sobre las hortalizas y otras plantas,los recursos naturales, el ambiente con el que interactúan, sus características y relaciones,la interacción con el medio de forma respetuosa.

De hecho que, en otros países, estos programas de huertas en escuelas y colegios han demostrado ser una herramienta positiva de educación para los alumnos beneficiarios, por cuanto además de cultivar hortalizas, plantas medicinales, aromáticas, medicinales y de jardín, aprenden a estar en contacto con la naturaleza, cultivar en envases en desuso (de plástico, neumáticos, otros), consumir platos vegetales elaborados de la cosecha su sus productos. También, promueven un estilo de vida saludable y una alimentación equilibrada; incentivan la participación activa de los alumnos, padres y la comunidad, y ayudan al desarrollo de materias curriculares afines, como matemáticas (cálculo de superficies de siembra, cuadrado, rectángulo), biología, botánica, entre otras.

OTROS BENEFICIOS

Esta iniciativa, tal como se ha señalado, cuenta con numerosos beneficios, ya que permite que los alumnos y estudiantes aprendan a cultivar, preparar y consumir alimentos sanos y de bajo costo, utilizando en forma responsable el suelo, el agua,los insumos naturales, y preservando el ambiente propio de los centros educativos y las zonas en las que se encuentran. Por otra parte, la realidad actual agravada por las condiciones climáticas adversas y el alto costo de los productos vegetales encuentran en estos programas una alternativa beneficiosa, principalmente, para las familias más vulnerables, que al replicar en sus hogares lo aprendido en los centros educativos podrán contar con alimentos sanos, mejorar su alimentación y ahorrar dinero.

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Con la puesta en marcha de un programa de estas características, los alumnos y estudiantes adquieren valores de respeto y cuidado de las plantas, los recursos naturales –como el suelo y el agua– y el ambiente, que les servirán de guía en su vida actual y futura; un desafío ante tanto deterioro e irresponsabilidad para todo lo relacionado con lo ambiental. En este tipo de emprendimiento educativo es importante contar con la participación de la comunidad educativa y familiar de los alumnos involucrados, para fomentar el consumo de alimentos sanos y naturales. Esto implica que los profesores y padres pueden interiorizarse de las prácticas propias de la instalación y mantenimiento de una huerta, con lo cual también contribuyen a la extensión de una actividad que bien puede constituirse en una forma de ahorrar dinero en alimentos, además de disponer de estos en estado fresco y conocer su origen, tal como lo establecen a nivel comercial las buenas prácticas agrícolas.

CONCLUSIÓN

Resulta incuestionable el valor socio-económico y ambiental de estos emprendimientos educativos, que a la larga contribuyen a la producción local de alimentos sanos e inocuos y elevar el nivel de seguridad alimentaria, evitándose el consumo de alimentos de origen desconocido.

Jane Goodall, naturalista y primatóloga inglesa, afirmó: “Ahora que finalmente nos hemos dado cuenta del terrible daño que hemos ocasionado al ambiente, estamos extremando nuestro ingenio para hallar soluciones tecnológicas”. Estos emprendimientos productivos y educativos solo requieren de voluntad y una fuerte vocación de servicio.

(*) Especialista en Comunicación Rural.