Árboles para un mejor futuro - Ing. Agr. Fernando Díaz Shenker (*)

El valor de los árboles para el medio, sumado a los beneficios sociales, económicos y ecológicos que ofrecen al hombre, plantas y animales, plantea dos alternativas de manejo que se pueden complementar en su aplicación: la primera es cuidar los árboles nativos todavía en pie y la segunda, plantar arbolitos como inversión productiva a mediano y largo plazo.

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En estos días, en que los reclamos ciudadanos y de otros actores ante la descontrolada deforestación en el Chaco cobran notoriedad, hay que reconocer que los beneficios socio-ambientales y ecológicos (hábitat de especies silvestres) que las especies forestales ofrecen al hombre son indiscutibles. Por otra parte, hay países que hoy han emprendido masivas acciones de reforestación y forestación de sus territorios. La información está disponible en las plataformas digitales internacionales. Así, China ha plantado una superficie similar a Irlanda y ocupado a 60.000 efectivos militares para ello. India plantó 66 millones de arbolitos y ocupó a 1,5 millones de personas. Senegal plantó 11 millones y Nigeria recuperó 5 millones de hectáreas degradadas con la plantación de arbolitos y generó 20.000 empleos verdes. Y esto con dos objetivos principales: hacer frente al cambio climático y contribuir a la seguridad alimentaria de los países que asumen estos desafíos.

INVERSIÓN

La plantación de arbolitos, para formar arboledas y zonas de sombra y abrigo, es una inversión que reditúa beneficios, desde aquellos económicos por la madera que, llegado el momento puede aprovecharse; además de los ecológicos referidos al cuidado de los recursos naturales, como suelo, aire y agua; protección y refugio para la diversidad de especies, cuidado de ambiente y mitigación de los efectos del cambio climático en términos de captura de anhídrido carbónico, principalmente. Por supuesto que estos beneficios serán factibles de apreciar en una zona, región o país, en la medida que esta práctica se multiplique a nivel país y con el tiempo.

OPORTUNIDAD PARA EL PARAGUAY

En este sentido, el Paraguay cuenta con iniciativas privadas e instituciones que poseen viveros de plantas que bien pueden ser aprovechadas por los pequeños y medianos productores; además por las municipalidades que deseen mejorar y recuperar los espacios verdes y parques locales con que cuentan. Además, hay que señalar la labor que, en este sentido, realizan los profesionales forestales. Algo importante es que en otros países, la plantación de arbolitos en zonas urbanas y la reforestación en zonas rurales ha demostrado ser una interesante fuente de generación de empleos verdes tanto directos como indirectos, sobre todo en zonas que no cuentan con otras alternativas de ingresos en donde el Estado está ausente.

PLANTACIÓN DE ARBOLITOS

Los pasos a seguir son: primero se cava un hoyo de unos 40 cm de ancho y largo por 40 cm de profundidad. Estas medidas varían según el tamaño de la plantera o maceta que contiene al arbolito. En el fondo del hoyo se puede colocar un de tierra mezclada con estiércol de vaca o aves bien descompuesto, composta, cascarilla de arroz, abono de hojas u otro recomendado. Se retira el arbolito de la maceta o plantera, humedeciéndola con moderación si fuere necesario, y cuidando mantener el pan de tierra y no dañar a las raíces. A continuación, se coloca el arbolito en el hoyo con el pan de tierra y las raíces sin doblar, comprobando que quede a la misma altura que tenía en la maceta o plantera. Se rellena con tierra alrededor del hoyo, presionando con suavidad hasta conseguir la nivelación y compactación con la superficie del suelo. Después, se riega lo necesario con agua potable, repitiéndose los riegos de acuerdo a las condiciones climáticas. Conviene colocar un tutor próximo al arbolito que puede ser de tacuara u otro similar, con una altura de 1,20 m a 1,50 m, que se clava a unos 15 cm- 20 cm de profundidad, y por el cual se sujeta el arbolito con cinta o hilo de algodón y con cierta holgura el arbolito, a fin de protegerlo de los vientos y evitar que se incline. Es importante señalar que una vez realizada la plantación, hay que brindarle la debida atención a fin de que crezca de acuerdo a las características de la especie.

CONCLUSIÓN Preservar los árboles existentes, sobre todo los nativos, e invertir en árboles de manera planificada y con un enfoque racional para la explotación forestal e instalación de sistemas agroforestales de producción genera beneficios sociales, ambientales y económicos en el mediano y largo plazo. Además de fomentar con su plantación, el cuidado y difusión de empleos verdes se contribuye al cuidado sostenible del ambiente y, con ello, a la preservación del suelo, agua y biodiversidad. (*) Especialista en Comunicación Rural.

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