Por otro lado, hoy resulta evidente que el cambio climático es el responsable de pérdidas y trastornos económicos y sociales, principalmente entre los pequeños agricultores y aquellos estamentos sociales más carenciados. Aparte, se han comprobado los efectos que el cambio climático tiene sobre la agricultura y ganadería, al ser fuentes generadoras de gases de efecto invernadero (por ejemplo, el gas metano por el ganado) y contribuir al calentamiento global. Esto, aun, reconociéndose el peso de la agricultura familiar como medio de autosustento para las familias rurales, como generadora de fuentes de trabajo y alimentos, contribuyendo a la seguridad alimentaria de la población de diversos países.
AGRICULTURA FAMILIAR
Segúnla Organizaciónde las Naciones Unidas parala Agriculturayla Alimentación(FAO), la agricultura familiar corresponde a “las unidades productivas que emplean esencialmente mano de obra familiar y solo ocasionalmente mano de obra adicional (contratada, en forma de trueque u otra)”. De acuerdo con Salomón Salcedo, oficial principal de Políticas dela FAO, la agricultura familiar en América Latina y el Caribe representa más del 80 % de las explotaciones agrícolas, provee entre el 27 y 67 % del total de la producción alimentaria, y genera hasta el 77 % del empleo agrícola en la región. Agregó que, por el uso de variedades autóctonas, prácticas de conservación de suelos, menor dependencia de petróleo y derivados, y su práctica de sistemas de policultivos, la agricultura familiar juega un papel fundamental en la adaptación al cambio climático.
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Los agricultores deben adaptar y adoptar nuevas tecnologías y prácticas para hacer frente a las imprevistas condiciones meteorológicas. La agricultura familiar no escapa a esta realidad y debe contar con la debida asistencia técnica, jornadas de capacitación, acceso a sistemas de riego, media sombra, cámaras de refrigeración, mejores variedades de semillas, tecnologías de información y comunicación. También, debe contar con financiación accesible, y posibilidades de asociación en comités y cooperativas, en respuesta a los riesgos climáticos y de seguridad alimentaria, pero, además, para obtener mejores mercados para comercializar sus productos y evitar que se pierdan, o bien los bajos precios por falta de políticas estatales para el efecto.
CONCLUSIÓN
El cambio climático es hoy uno de los grandes desafíos que enfrenta la humanidad, y si los países no comienzan (los que no lo han hecho aún) a adoptar estrategias responsables y mitigantes de sus efectos, se terminará por pagar un alto precio, tanto social como económico. Está todo escrito y estudiado; solo es cuestión de voluntad y priorizar el bien comunitario antes que el personal o grupal.
(*) Especialista en Comunicación Rural