Así, el agricultor que quiera contar con semillas de su propia huerta o cultivo agrícola deberá, primeramente, seleccionarlas de plantas sanas o de frutos sanos, de buen aspecto y forma, según el caso. Después, se recomienda desinfectar las semillas antes de sembrarlas, para evitar el ataque de plagas y enfermedades del suelo una vez sembradas; lo que ayudará a su buena germinación y posterior crecimiento.
La desinfección puede realizarse con el empleo de productos químicos específicos (fungicidas o insecticidas), pero también con productos naturales que pueden elaborarse en la propia finca familiar. De este modo, se trabaja con un enfoque ecológico, que brinda varios beneficios: se protege la salud del agricultor, su familia y sus animales; se cuida el suelo, el agua, el aire y, al final, se ofrecen a los consumidores alimentos más naturales, al estar libres de productos químicos.
Entre los productos que aparecen en la literatura especializada, y el pequeño agricultor puede preparar y aplicar antes de la siembra, se citan los siguientes:
CENIZA
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Mezclar bien 250 g de ceniza seca y limpia con 3 kg de semillas y, luego, sembrar.
VAKATY (ceniza con orín de vaca)
Se emplea principalmente en semillas de algodón. Mezclar 2 kg de ceniza seca y limpia con ½ l de orín de vaca (estacionado durante un mes) y agregar 10 l de agua. Colocar 25 kg de semilla en este preparado, dejar algunos minutos y, después, sembrar.
AJO
Hervir cuatro cabezas de ajo en 1 l de agua por 10 min. Dejar enfriar. Introducir el preparado en un pulverizador limpio o una botella con mecanismo de pulverización (spray) y rociar las semillas.
ORTIGA
Hervir un puñado de hojas de ortiga seca en 2 l de agua durante 10 min. Una vez enfriado el producto, colocarlo en una botella con mecanismo de pulverización (spray) o un pulverizador limpio y desinfectado, y rociar las semillas.
AGUA CALIENTE
Se mantienen las semillas sumergidas en agua caliente a una temperatura no mayor a 50 °C durante 20 a 30 min. La temperatura es suficiente para eliminar hongos, bacterias y nematodos, tanto en semillas como en bulbos o tubérculos, incluso de especies forestales y frutales. Las semillas se colocan en una bolsa, pañuelo o tela de algodón, de tamaño adecuado al lote de semillas, que se cubre solo hasta la mitad. Se introducen las semillas así envueltas en un recipiente con agua caliente alejado del fuego directo, a no más de 50 ºC. Es necesario controlar la temperatura con un termómetro y agitar continuamente el agua y la bolsa que contiene las semillas, para asegurar una rápida penetración del calor y mantener una temperatura uniforme en el lote.
CONCLUSIÓN
La desinfección natural de semillas es una opción ecológica principalmente para el pequeño agricultor que no puede acceder a las semillas certificadas de origen conocido, de acuerdo con las normativas de las buenas prácticas agrícolas. Es, además, una práctica accesible para aquellos que defienden la producción ecológica de alimentos, cultivan sin el uso de insumos químicos, mantienen libre de contaminantes el agua y el suelo, velan por los recursos forestales y la salud de los animales. En todos los casos, se recomienda que el mismo agricultor compruebe los resultados y efectos de las aplicaciones.
(*) Especialista en Comunicación Rural.