Día del Agricultor

El Día del Agricultor es una fecha móvil en nuestro país. Se celebra oficialmente el primer domingo después del 15 de mayo; este año será el 22 de mayo. Este acontecimiento debe servir para reconocer el valor del trabajo que realiza el hombre del campo en la producción agropecuaria nacional, pues es uno de los sustentos de la economía de nuestro país.

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Tradicionalmente, el Día del Agricultor se celebraba cada 15 de mayo, día de San Isidro Labrador; en la actualidad se ha convertido en una fecha móvil a fin de darle mayor importancia, evitando su competencia con las fiestas patrias y del día de la madre. Este año será el 22 de mayo. Los festejos son realizados para que toda la ciudadanía nacional pueda demostrar su reconocimiento a las familias rurales, ya que ellas son las que, trabajando la tierra, producen los alimentos.
Durante toda la semana anterior y posterior al Día del Agricultor, normalmente se realizan actos conmemorativos en colegios agropecuarios e instituciones relacionadas con los productores agrícolas, no solamente con el fin de resaltar los méritos del agricultor, sino también para impartir capacitaciones técnicas, aprovechando la reunión de los productores en un solo sitio.
A través de dichas reuniones, la comunidad nacional podrá comprender mejor la importancia fundamental del trabajo agrario y, con mayor razón, porque la economía del Paraguay es eminentemente agrícola y ganadera.

ASISTENCIA TECNICA
El agricultor necesita una permanente asistencia técnica, con el fin de estar al día con los adelantos que registra el mundo entero y que permiten no solamente aumentar los rendimientos de los cultivos, sino también mejorar la calidad de los productos.

La capacitación es una de las vías del mejoramiento del trabajo agrícola y debe basarse en la actitud de interés hacia el aprendizaje y el deseo de superación. Los extensionistas deben aprovechar el ingenio del campesino.
El campesino no debe desconocer sus tradiciones, considerando que en épocas no muy remotas el agricultor paraguayo sabía defender su economía familiar con la producción de alimentos para el consumo propio y su conservación.
Los alimentos que dieron de comer al campesino y complementaron sus necesidades nutricionales fueron el maíz, el maní, el poroto, el kumanda yvyra’i, la mandioca, la batata, la caña de azúcar, el coco, la naranja, la mandarina, los mamones y, más recientemente, el mango y las frutas silvestres, entre otros rubros.
Sería importante que cada familia rural cuente con las comodidades para guardar sus alimentos. Así por ejemplo, -mientras se pueda ir adquiriendo los equipamientos modernos-, un galpón apropiado para los percheles, bateas, tambores de madera hueca, pelotas grandes de cuero o un horcón alto con horqueta para el maíz en sartas.
Estos conocimientos se deben ir recuperando para fortalecer los asentamientos campesinos y convertirlos en verdaderas comunidades productivas, ya que es enorme la pérdida económica que padece la familia rural cuando se ve obligada a vender sus cosechas a bajo precio y a volverlos a comprar después para su consumo como alimento, en alto precio.
Por eso debemos insistir en revalorizar esas buenas costumbres de producir y almacenar los alimentos para el autoconsumo y luego trabajar para la producción de rubros de renta.

DESAFIOS
Los grandes cambios y adelantos en las ciencias agrarias plantean al productor agropecuario desafíos urgentes, como la perentoria necesidad de corregir el mal uso de la tierra, desarrollando métodos y técnicas que busquen la conservación de los recursos naturales.

Debe tenerse en cuenta la situación del suelo después de la cosecha, porque de lo contrario toda la tierra se convertirá en un desierto, e igualmente contaminaríamos el agua y el aire. Como solución se presentan el sistema de siembra directa, la agricultura orgánica y otras técnicas conservacionistas y sostenibles. El sistema de la siembra directa se propone, tanto a los grandes como a los pequeños productores, como un método eficaz para aumentar la producción y mejorar la productividad de los suelos, reduciendo incluso los costos de producción.
El agricultor actual debe ser capacitado también en lo referente a la comercialización, a fin de que puedan obtener buenas ganancias por sus cosechas. En este sentido, debemos destacar la labor de la Misión Técnica China Taiwán, que está logrando muy buenos resultados con la formación de grupos de comercialización conocidos como GPC, en los distintos rubros agropecuarios, en distintas zonas del país. Con este sistema organizativo, el productor logra mayores ganancias porque evita la intermediación y está más al tanto de las necesidades del mercado.
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