De hecho que el hombre es parte de la naturaleza y que, por su condición de ser reflexivo y superior al resto de especies vivas, ha tenido y tiene hoy la gran responsabilidad de preservar el ambiente y sus recursos, junto con las especies de plantas y animales silvestres, gracias a los cuales la naturaleza y los ecosistemas que la componen se encuentran en un equilibrio vital para la vida del hombre sobre el planeta.
ACTIVIDADES HUMANAS
La expoliación continua del hombre para con los recursos naturales ha provocado desequilibrios y trastornos ambientales de tal magnitud que la recuperación del ambiente se ha vuelto muy difícil, y en algunos ecosistemas ya resulta irreversible. En otros casos, la desidia humana es la que provoca los daños al ambiente y la vida animal. El caso del Pilcomayo es un claro ejemplo de esto. Así también, la contaminación del aire, agua, la deforestación, el uso no planificado de los recursos naturales, la pérdida de biodiversidad, erosión de los suelos, destrucción de la capa de ozono, generación de residuos domésticos e industriales son situaciones que, casi a diario, se difunden en el mundo y el país, y que muestran cómo el ambiente va perdiendo su capacidad de reaccionar y de recuperarse ante estos “desarreglos” originados por las actividades humanas. Es lo que se conoce como resiliencia.
RESILIENCIA
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En ecología es la capacidad o tolerancia que tienen los ecosistemas para absorber y neutralizar las perturbaciones, sean por causas humanas o naturales, sin modificar casi sus características estructurales; sus propiedades y servicios ambientales, pudiendo, incluso, recuperar su estado original una vez que la alteración ha terminado o desaparecido. La resiliencia de un ecosistema está muy relacionada con la biodiversidad de especies y la riqueza vegetal del mismo. Así, un sistema natural en el cual sus componentes vivos vegetales y animales sean más variados, y cumplan con más funciones ecológicas, tendrá una mayor capacidad de soportar una alteración o daño ambiental específico.
POSICIÓN DE ORGANISMOS INTERNACIONALES
La Organizaciónde las Naciones Unidas parala Educación,la Cienciayla Cultura(Unesco) sostiene que los impactos ambientales provocados por los seres humanos reducen la resiliencia y la corriente de bienes y servicios que los ecosistemas brindan a las sociedades. Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas parala Alimentaciónyla Agricultura(FAO) afirma que una débil capacidad de recuperación o resiliencia provoca la destrucción de los medios de vida de millones de personas y los beneficios del desarrollo que se han tardado años en obtener.
CONCLUSIÓN
El hombre debe repensar su rol en este planeta: tiene que entender que es parte del mismo, no su dueño. El día que comprenda esto, su comportamiento y sensibilidad hacia el prójimo, las especies animales, arbóreas y demás seres vivos cambiarán. Y, aunque cueste creerlo, será posible alcanzar un mejor bienestar socio-económico-ambiental para la humanidad.
(*) Especialista en Comunicación Rural
