Es por eso que la serie de cumbres mundiales que se han realizado apuntan e insisten en concretar y efectivizar acuerdos globales que, a partir de medidas estratégicas, como aquellas sostenibles, la educación ambiental, el empleo de tecnologías limpias, la preservación de bosques nativos, la labranza y siembra de suelos con laboreos mínimos, entre otros, se posicionen fuertemente en los países como políticas ambientales públicas.
LOGROS Y DESAFÍOS LOCALES
Ante este escenario mundial, el Paraguay tiene que acompañar con mayor énfasis y esfuerzo las acciones y prácticas agropecuarias e industriales que contribuyan a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y estimulen la resiliencia y aquellas prácticas que se muestren amigables con el medio. Ejemplos locales existen, pero hay que apoyarlos, reconocerlos y difundirlos en todo el país, ante todo en los centros educativos y entre los pequeños agricultores. En este sentido, el uso de contenedores de distintos colores para depositar los residuos preclasificados es un primer paso, las campañas educativas con forestaciones y arborizaciones ya cobran un espacio destacado y se multiplican, plantar vegetales y plantas de jardín también son noticia, experiencias con invernaderos a partir de botellas de plástico (de gaseosas, jugos y otros) han merecido un espacio incluso en las plataformas de ABC Color; el reciclaje de neumáticos para elaborar asientos, el uso de bolsas biodegradables y de papel, las empresas que se suman al proyecto de Pacto Global, entre otros, son excelentes ejemplos. Pero, por otro lado, están aquellas realidades que hay que revertir: la acumulación de basura es más que lamentable, la falta de saneamiento básico y acceso al agua potable; la contaminación de fuentes hídricas por desechos domiciliarios, industriales y de mataderos; el mayor uso de tecnologías limpias: paneles y cocinas solares, molinos de viento, entre otros; la reforestación en aquellas áreas descubiertas, la forestación en las zonas que bien pueden preservarse, el cuidado de las especies silvestres, aunque no se crea, ayudan a mantener equilibrios y elevar las condiciones de bienestar para el hombre
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OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE (ODS)
Hoy en día, los ODS plantean un eje de acciones interrelacionadas con componentes sociales, educativos, económicos, culturales y ambientales. Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los ODS “no solo son realistas y alcanzables, sino también ambiciosos, transformadores y universales”. A modo de resumen, se pueden destacar de la siguiente forma: erradicar la pobreza y el hambre; garantizar una vida y alimentación saludables, promoviendo la agricultura sostenible; lograr la igualdad entre países y personas, y una educación de calidad para todos; fomentar que el crecimiento económico, el empleo, y el sistema de producción y de consumo sean responsables y justos; conseguir un acceso sostenible del agua y del saneamiento para todos, asegurar el acceso a energías sostenibles, tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, conservar y utilizar de forma sostenible los ecosistemas terrestres y marinos; combatir la desertificación, la deforestación, la degradación de la tierra y la pérdida de diversidad biológica. Como puede apreciarse, varios de estos ODS atienden al cambio climático y aspectos ambientales clave para la vida digna de las personas.
CONCLUSIÓN
Hoy, las tendencias enfatizan la necesidad de una efectiva transición hacia la sostenibilidad del planeta, modelos amigables y resilientes de producción, condiciones dignas y de mejor calidad de vida para el hombre, respeto a los ecosistemas y la biodiversidad, buscando articular lo ambiental y verde con lo económico y social. En este contexto, existen plataformas virtuales a las que se puede acceder para informarse y colaborar con una mejor adaptación al cambio climático.
(*) Especialista en Comunicación Rural.
