Inseminación artificial en equinos - Dr. Marcelo Miragaya (*)

Este artículo tiene 9 años de antigüedad
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La inseminación artificial (IA) con semen congelado requiere un manejo particular, ya que la criopreservación precapacita a los espermatozoides y reduce su capacidad de fertilización a un lapso aproximado de seis horas post-IA. Por lo tanto, es necesario inseminar sobre ovulación. Para ello, se puede optar por una inseminación a tiempo fijo o por un protocolo de seguimiento ecográfico con inseminación dentro de las seis horas de ovulación.

En el caso de la IA prefijada, se han presentado varios protocolos, entre los que se menciona aquel que contempla dos inseminaciones aproximadamente a las 30 y 40 h, luego de la inducción de ovulación. De este modo, es posible tener cubierto un rango de tiempo en el que sea bastante probable que la yegua ovule, con espermatozoides capaces de fertilizar presentes en la unión útero-tubárica. Aunque este protocolo permite realizar menos revisaciones de la yegua en el período periovulatorio, tiene como desventajas el uso de dos dosis inseminantes y la realización de dos maniobras de IA profundas, lo que implica una mayor reacción inflamatoria en el útero y mayor riesgo de contaminación. Sin embargo, la mayor desventaja es el costo de la dosis inseminante, especialmente cuando se trata de semen importado o gran valor genético.

EXPERIENCIA Y RESULTADOS

Nuestro laboratorio maneja un protocolo que incluye el monitoreo cada 6 h, comenzando 24 h luego de la inducción de la ovulación. Una vez detectada la misma, se insemina en la unión uterotubárica del cuerno ipsilateral (cuerpo hemorrágico visible por ecografía), utilizando un catéter estéril flexible de 75 cm de longitud, colocado por vía transcervical y guiado por manipulación transrectal. Es posible completar este protocolo con la aplicación de 10 a 20 UI de oxitocina4 a6 h luego de la inseminación, para facilitar las contracciones uterinas que ayudan a la evacuación de restos de diluyente, espermatozoides muertos, entre otros.

Las tasas de preñez reportadas varían entre 0 y 70 %, pero en la mayoría de los padrillos oscila entre 20 a 40 % de preñez por ciclo, resultados que, a pesar de ser bajos, son en general considerados como aceptables hasta el momento (Losinno y Aguilar 2002).

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En un estudio retrospectivo sobre 85 yeguas de entre 3 y 15 años de edad, en las que se aplicó este protocolo, se obtuvo una tasa de preñez a primoinseminación del 72,9 %. Si tenemos en cuenta que una de las desventajas en la inseminación con semen congelado es que su fertilidad suele estar disminuida, estos resultados son muy alentadores, ya que son equiparables a los resultados obtenidos con semen fresco o refrigerado. Esto representa una gran ventaja cuando se tiene almacenado semen congelado de padrillos que murieron, que han sido vendidos al exterior o, incluso, castrados.

FERTILIDAD DE SEMEN CONGELADO

Esta fertilidad está influenciada por un número de factores, incluyendo la calidad seminal, la elección del padrillo, la dosis inseminante, la selección de la yegua y su manejo. Con respecto a la edad de las yeguas, es evidente que a medida de que esta aumenta, las condiciones del útero desmejoran y las probabilidades de preñez disminuyen. Se observa una tendencia a obtener mejores resultados al trabajar con yeguas más jóvenes. Esto puede ser tenido en cuenta por un criador a la hora de asignar padrillos a yeguas viejas, recomendándose en estos casos el uso de semen fresco o refrigerado (Alonso y col., 2016).

Para concluir, se puede decir que en el manejo reproductivo en equinos, la inseminación artificial permite obtener porcentajes de preñez equivalentes a los obtenidos mediante servicio natural y se recomienda cuando la distancia, disponibilidad o las enfermedades representan un problema. Sin embargo, es fundamental realizar un buen manejo clínico reproductivo por parte del veterinario, que incluya un correcto seguimiento ginecológico para determinar el momento óptimo dela IA, realizar eventuales tratamientos o detectar problemas. Asimismo, deben seguirse cuidadosamente los procedimientos de recolección, evaluación, preparación de las dosis y maniobra de inseminación para obtener buenos resultados.

(*) Docente de la Cátedra de Teriogenología –UBA.