Entre los puntos destacados dentro de lo que fue la exposición misionera y los animales presentados en dicha actividad se debe resaltar la calidad genética y, a la vez, la buena presentación. Esto es fruto del trabajo de las cabañas, pero dentro de todas estas características deseables, la que más preponderancia ha logrado tiene que ver con la precocidad. Años atrás, un animal de cabaña se lograba preñar a los tres años; sin embargo, ahora, con todo el trabajo genético y de selección realizado, una hembra ya se puede preñar entre los 14 y 18 meses, lo cual demuestra que se ha avanzado mucho. También en los novillos se ve un mayor engrasamiento y, a la vez, más carne.

Como recomendación, debemos decir a los productores que no duden en apostar a las nuevas tecnologías, sea en DEP (diferencia esperada de progenie), ultrasonografía y otras herramientas.

(*) Jurado en la raza Nelore.