Ya en la entrada se observan muebles antiguos, algunos de origen oriental -mobiliario de la colección familiar-; destaca un cristalero con piezas como teteras y otros utensilios en fina porcelana. Por toda la casa se observan obras de arte nacional, de la mano de artistas como Félix Toranzos, Cogliolo, Migliorisi y Hilda Weiler. Varios espejos y mucho vidrio aportan luz a la gran sala comedor que se conecta al patio gracias al material traslúcido que la rodea. No faltan los detalles vintage en tonos claros. En los dormitorios abunda la madera y también el blanco y, como el resto de la construcción, tiene acceso visual al patio, con posibilidad de cerrar las blancas y lisas cortinas, que aportan calma al lugar. El patio es amplio y fresco; una gran pileta invita a compartir momentos de diversión, alternando con la oportunidad de una cena a la parrilla en el amplio quincho que la escolta. Los muebles para este espacio son negros y de madera al natural, adornados con florecillas y velas en los rincones exactos. Llama la atención un detalle que se replica en otros recodos: corpóreos con mensajes como “amor”, en tonos pasteles, combinados con piezas restauradas.
La cocina, funcional y de un blanco inmaculado, es práctica y de líneas precisas; una gran mesa está en el centro y sobre ella cuelga una moderna lámpara en rojo y plata.
El arquitecto de la moderna obra es Juan Silvio Netto, la Arq. Claudia Gadea Cueto se ocupó del paisajismo y el living, y de la deco de dormitorios Bethania Carpinelli. El mobiliario es de Impacto, Sierra, Casa Viva, Achon, Casa Cinco, Galería Bonita, González Giménez, Luminotecnia, entre otras casas.
Texto: alba.acosta@abc.com.py
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Fotografía: Diego Peralbo