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La propiedad mide unos 25 x 70 metros y sale de calle a calle, allí se disfruta de los árboles como el tatarê, que está lleno de orquídeas que se riegan cada tres días. También hay mangos injertados llenos de frutas.
Las santarritas blanco y fuccia están florecidas, así como lirios amarillos, anthurium, sinesias y azaleas. Se ven palmeras de un verdor intenso cerca de la piscina.
Una vez al año se procede a la fertilización y por la naturaleza casi sin intervención no suele haber plagas que afecten a las plantas.
Muchas piedras también conforman este jardín de estilo silvestre, la cascada remite al sonido refrescante del agua, que en la noche es un regalo para descansar.