La doctora Sofía Manchini, veterinaria, especialista en conducta animal, menciona que “muchas personas piensan que cualquier canino puede ser apto para este fin; sin embargo, no es así. Para que un perro ayude a los niños con discapacidad se preparan prácticamente desde el seno materno, inclusive los padres son seleccionados anteriormente para que tengan un perfil en el que no se encuentren características indeseadas en un animal para terapias asistidas”, informa.
La experta refiere que “debe ser de carácter tranquilo, tolerante al estrés, no reaccionar a estímulos externos de manera abrupta, y tolerante a la manipulación”.
La doctora Manchini dice que muchas razas son aptas para esta tarea, entre las que predominan el golden retriever, labrador, caniche y corgi.
Por su parte, Víctor Arrúa, entrenador, acota que “otras de las razas elegidas para este fin es el pastor alemán; sin embargo, cabe resaltar que incluso se deberá volver a clasificar entre los perros de estas razas, ya que algunas son muy activas. Se escoge aquel canino de carácter más tranquilo. Una vez seleccionado se empieza el entrenamiento que se indica idealmente a partir de los tres a cuatro meses de vida. En caso de ser posible en compañía del niño, de lo contrario se enseñará primero a la mascota los comandos y luego, una vez adiestrado, tendrá contacto con el infante”, añade.
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También acota Arrúa que “se enseña al animal obediencias básicas: sentarse, izquierda, derecha, acudir al llamado, acostarse, tirar alguna pelota para que luego la traiga, entre otras. Y otros entrenamientos considerando las necesidades del niño.
La doctora Manchini dice que “la interacción entre el chico y el animal siempre se realizará con la presencia de un profesional”.
