Tranquilidad en la Villa Veraniega

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El mes de enero invita a pasar sus días en la ciudad de San Bernardino. Cada vez son más las personas que gustan de pasar los fines de semana en familia y con amigos, en contacto con la naturaleza, pero sin dejar de disfrutar de las comodidades y opciones divertidas para los jóvenes con ganas de bailar y disfrutar de una variada gastronomía.

Un poco retirado del bullicio, el lugar recibe con un jardín de tintes geométricos, una fachada en piedra y una imponente puerta de madera. Esta amplia residencia de verano, proyecto de la arquitecta Belén Montero y obra del ingeniero Humberto Vallinotti, es un sueño para padres, hijos y nietos con ganas de distenderse y deleitarse con la energía de las vacaciones. A unos metros del lago y con la maravilla de poder observarlo desde la planta alta, la espaciosa vivienda se caracteriza por la utilización de tonos claros, ideales para aportar frescura. El quincho cerrado es un acierto, ideal para permanecer con un clima agradable aún en los días de más sofocante calor. Este espacio cuenta con amoblamiento de Muebles Santacruz, preparado para albergar a una gran cantidad de invitados, tanto en la barra como en la mesa principal. Una gran pantalla de TV acompaña los momentos de asado y deportes.

Desde el interior no se pierde de vista la sugerente pileta –infaltable de temporada– y, para los más pequeños y juguetones de la casa, un amplio arenero. 

Las palmeras no faltan en el patio, un campo verde con exquisito paisajismo que invita al paseo y, además, una pequeña huerta con romero, cedrón, burrito y otras hierbas. En el patio, además, se cuenta con una isla de reunión, un pequeño espacio con techo de paja, en definitiva un buen lugar para compartir al costado de la piscina. Otro punto a destacar: las cómodas y actuales hamacas en forma de huevo, de Plaza Hogar, con almohadones en blanco, a tono con la claridad de la casa. El interior cuenta con un coqueto y completo bar en madera, justo antes de pasar a la escalera que lleva al segundo nivel. En plena transición desde el quincho-cocina, para pasar al resto de la casa; representa un espacio más íntimo. También cerca de la pileta, y con la posibilidad de abrir las puertas corredizas de vidrio, se halla una sala con cómodos sofás en tonos pastel. Algunos coloridos adornos complementan el ambiente. El relax está garantizado.