El traslado debería ser lo más cómodo posible para los animales, enfatiza la doctora Isis, y recomienda que los dueños preparen previamente al animal, ya sea con una pechera o correa para facilitar la tarea de ser subido al móvil de la veterinaria. El animal debe ser dispuesto en transportadores limpios con puertas que se cierren herméticamente, agrega.
“Con los pacientes que ya están acostumbrados no hay inconvenientes; ya que desarrollan una relación con el personal que los pasa a buscar y suben sin problemas. En el caso de los felinos, es mejor que estos ya estén preparados en sus propias jaulas transportadoras que tengan sus marcas de olor para, de esa manera, disminuir el estrés al máximo posible”, explica la profesional. También sugiere relacionar la visita al veterinario con algún premio, algo positivo a la vuelta de la consulta, por ejemplo, para que no relacionen el traslado con algo malo. Existen además productos calmantes en rociadores, que se aplican en los transportadores aproximadamente 30 minutos antes de que suba el animal. Algunos caninos sufren de vértigo; ante esta situación y, para evitar los mareos y vómitos, el veterinario puede recetar el uso de antihistamínicos antes de que el animal suba al vehículo.
