Club Buenaventura festeja 67° aniversario

Corría el año 1949 cuando un grupo de excombatientes de la Guerra del Chaco (1932-1935) compartían el sueño de tener su propio club. Todo comenzó un 14 de julio y entre amigos, fecha en que se reunieron en el aserradero “San Buenaventura”, de don Buenaventura Mereles, y decidieron crear la entidad que lleva el nombre de este santo milagroso.

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CORONEL BOGADO (José Miguel González, de nuestra redacción regional). Entre los excombatientes también había un grupo de jóvenes del barrio que deseaban seguir practicando su deporte favorito: el fútbol. Fueron los iniciadores del club los hermanos Buenaventura y Braulio Mereles, Eduardo Duarte Romero, Críspulo Ibarra, entre otros, y eligieron como primer presidente de la entidad a Pánfilo Ramírez.

“Es el club de los humildes, de los trabajadores”, dijo José Patiño, síndico.

El actual presidente, Gaspar “Chingolo” Mereles, es el hijo de Buenaventura Mereles. Con el paso del tiempo, con mucho esfuerzo y sacrificio comenzaron a construir las instalaciones del club que tanto anhelaban. En principio, la cancha estaba ubicada cerca de las vías del tren. Ahora cuenta con su sede de una manzana, a tres cuadras de la Ruta I “Mcal. Francisco Solano López”.

En la década del 60, el Buenaventura dejó de ser solamente un club barrial y se sumó a los seis equipos de la Liga Tacuary de Fútbol y así poder jugar campeonatos. Los otros clubes son: Juventud, General Caballero, Defensores, 1º de Marzo, General Díaz y Paraná, de Carmen del Paraná.

En 1963 rompió con la hegemonía de los clubes tradicionales del distrito; Juventud y General Caballero. Logró el título de la Liga Tacuary de Fútbol en 1979, 1991, 2002, 2003, 2007 y 2013.

Don “Lechi”

Entre los exjugadores, aficionados y vecinos, recuerdan a don Desiderio “Lechi” Duarte, un septuagenario fanático del club, quien pese a su dificultad para caminar, no faltaba a ningún encuentro disputado por el Buenaventura. Como no existía ninguna resolución municipal en contra, al fallecer don Lechi, los directivos de la entidad decidieron enterrarlo a un costado de la cancha y una de las graderías lleva su nombre.

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