Destacada labor de mujer itapuense

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La escultora itapuense y medalla de oro del Concurso Nacional de Bellas Artes en el año 2000, Vicenta Giménez (64), terminó hace unos días una imagen de casi tres metros y unos 5.400 kilogramos que fue instalada en el acceso a la ciudad de Trinidad. La obra será inaugurada en los próximos días. La mujer se destaca por sus habilidosas manos.

TRINIDAD, Itapúa (José Miguel González, de nuestra redacción regional). Doña Vicenta, de talla menuda pero ágil, aprendió el oficio cuando era niña. Hoy tiene su propio taller y ha dado estudios a sus cinco hijos, quienes trabajan con ella en los momentos libres y cuando hay apuro, como en la escultura de la monumental imagen de la Santísima Trinidad, representada en el padre, el hijo y el Espíritu Santo.

Nació en Potrero Santa María, a orillas del arroyo Capiibary Guasu, y vivió en Paso Guembe, donde nacieron sus hijos. “Hace unos 80 años, cuando no se le daba importancia a las reducciones jesuíticas de este distrito, con las piedras de ese lugar se construyó el puente sobre el arroyo Capiibary’i”, comentó.

“Unas 20 carrozadas de estas valiosas piedras fueron traídas y hace unos 15 años se reconstruyó el puente, por lo que las piedras jesuíticas quedaron en el cauce del arroyo. De allí las recuperé y tengo materia prima para las esculturas”, expresó.

Tiene fotos y recuerdos de muchos extranjeros que adquirieron sus hermosos trabajos en piedra y madera. Como la familia Espelage de Messkirch, una ciudad alemana de Baden-Wurtemberg ubicada entre el Danubio y el Lago de Constanza, que envió fotos de las esculturas ubicadas en el hogar alemán.

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Ya en 1994, cuando se realizó la primera Expo-Itapúa, doña Vicenta fue galardonada como la mejor artesana de este departamento.

Las artesanías de la mujer son piezas únicas, talladas con paciencia y calidad, porque en ellas va la esperanza de un pueblo que, lejos de negarse a morir, mantiene viva una tradición que le imprime un sello especial a la región. Contó que próximamente comenzará a dar clases de tallado, “para que este trabajo tan noble no termine”, añadió.