ACAHAY, Dpto de Paraguarí (Aldo Lezcano, Corresponsal). El empedrado que conecta esta ciudad con las compañías Isla Báez, Yvyraity e Islería fue construido en el año 2010 por la empresa Barrail Hermanos SA, representada por el ingeniero Osvaldo Barrail. Costó G. 7.250 millones e incluyó empedrados en algunos sectores, alteos, enripiados; cunetas hormigonadas; alcantarillas, empastados laterales y puentes.
Los fondos para la obra provinieron del Gobierno del Japón, a través de un convenio firmado entre el Gobierno Nacional y el Banco de Cooperación Internacional del Japón (JBIC), en 2008.
El financiamiento fue dentro del Proyecto de Fortalecimiento del Sector Agrícola II. Parte de los fondos también se destinó a efectuar pagos en virtud a las obras de mejoramiento de caminos rurales, ubicados en los departamentos de Concepción, San Pedro, Caaguazú, Cordillera y Paraguarí.
La supervisión de la obra estuvo a cargo del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).
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En la actualidad, el trayecto se encuentra en desastrosas condiciones siendo la parte más afectada en las cercanías del barrio San Francisco de Acahay, en las inmediaciones del club 8 de Diciembre.
Según los vecinos, en el sitio se forma con frecuencia grandes pozos luego de cada lluvia. Mencionaron que el sector hace poco fue rellenado, pero con las últimas precipitaciones las piedras fueron levantadas y arrastradas por el fuerte raudal. Las deficiencias obedecerían a la falta de construcción de muros y cunetas revestidas.
Según fuentes del MOPC, el emprendimiento no resiste en el sector porque no se realizaron los trabajos técnicos adecuados y los zanjones ya causaron varias caídas de motociclistas.
De acuerdo a los antecedentes, las denuncias sobre la deficiencia de las obras fueron innumerables desde un principio. Pero la constructora solo se limitó a realizar retoques en el camino.
Estos precarios remiendos jamas perduraron y las condiciones actuales del trayecto son lamentables.
Intentamos conocer la versión del jefe distrital del MOPC, ingeniero Enrique Lezcano, pero no atendió los reiterados llamados al teléfono de su oficina.