La mujer, pese a la edad, se mantiene activa y conserva una lucidez envidiable. Actualmente está retirada y vive con su hija Amelia Servín, en el barrio Quiteria de esta ciudad.
Oriunda de San Juan Nepomuceno, recordó que a los 17 años llegó a Encarnación, para estudiar enfermería y obstetricia. Fue una de las primeras con formación académica en ejercer dicha profesión.
Durante muchos años trabajó con una beca que le pagaba el Gobierno de los EE.UU., durante la presidencia de John F. Kennedy, en el marco de un convenio de ayuda de dicho país. “Vine muy jovencita buscando un futuro mejor. Algunos años trabajé en el hospital de Encarnación, y luego me fui hacia el nordeste, rememoró.
Le tocó vivir una etapa en que toda esta región del país estaba en incipiente desarrollo, cuando todo era monte, no había caminos ni rutas, y para cumplir su tarea debía andar kilómetros a pie o a caballo. Yo andaba sola, recorría largas distancias para atender una parturienta, algún herido de bala o de cuchillo, o para cumplir con los programas de vacunación, relató. El homenaje para María Clarina será este domingo en su domicilio y es organizado por personas a las que vio nacer.
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