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Rosa mosqueta (Rosa aff. Rubiginosa y Rosa Eglanteria)
Es un arbusto silvestre de ramas delgadas y espinosas que pertenece a la familia de las rosáceas. Crece principalmente en la Patagonia (aunque también puede encontrarse en diferentes zonas de Chile y Perú), debido a sus especiales características climáticas, como son: encontrarse a alturas superiores a los 2000 m y con un promedio de lluvia superior a los 6 meses al año. Como toda planta de la familia de las rosáceas desarrolla un pequeño bulbo en el que se encuentran sus semillas. La piel de este bulbo es 7 veces más rica en vitamina C que un cítrico, como puede ser la naranja o el limón. Pero su verdadera riqueza se encuentra en el interior del bulbo, ya que sus semillas son ricas en ácidos grasos esenciales. Esta pequeña bolita rojiza y ovalada será la responsable de aportar lo que hoy se conoce como uno de los aceites más poderosos en regeneramiento dérmico. Sus beneficios se deben a su alto contenido en ácidos grasos esenciales poliinsaturados linoleico y linolénico, relacionados directamente con la síntesis del colágeno (proteína que forma fibras). En forma de aceite, la semilla de este fruto ayuda a regenerar y nutrir la piel, eliminando arrugas y cicatrices, reforzar y multiplicar la barrera de las ceramidas en el interior de la epidermis y la autogeneración de melanina. También ayuda a eliminar manchas solares, así como las producidas en los casos de acné, varicela o viruela, disimulando la hiperpigmentación producida por las cicatrices, y evitar las estrías. En el caso de las mujeres embarazadas se recomienda realizar suaves masajes en los pechos y el abdomen durante el último trimestre de gestación. Simplemente aplicar una pequeña cantidad sobre la zona afectada y dar masajes circulares ascendentes hasta que sea absorbido. Se debe usar a diario para obtener mejores resultados. La infusión de sus pétalos, si bien su sabor puede ser un tanto ácido para algunos, favorece la resistencia del organismo a las enfermedades, estimula y reconstituye la piel, combate los resfriados y los síntomas de la gripe, ayuda a mejorar la digestión, ya que es un diurético ligero y tiene efecto laxante, combate la depresión, gracias a sus efectos relajantes y antidepresivos, y ayuda a disolver cálculos y limpiar riñones y vejiga.
Ruda (Ruta graveolens)
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Es una planta utilizada desde la antigüedad en la medicina y se la considera una hierba protectora. Es un arbusto resistente de hoja perenne que ha sido nombrado en la literatura como la hierba de la memoria, el amparo y la curación. Tiene un olor y sabor desagradable, amargo, y puede llegar a ser tóxica, especialmente si se toma en grandes dosis. La ruda se puede utilizar en tintura, en té y, en ocasiones, en cápsulas, para fines medicinales y culinarios, así como también para evitar las plagas. Una de sus propiedades más conocidas es como ingrediente en productos insecticidas, como vaporizadores, espirales y varitas. No solo puede ayudar a alejar las plagas, sino también combatirlas. También se utiliza para problemas estomacales, como la falta de apetito, el dolor de estómago y la diarrea. Mejora la circulación sanguínea y el funcionamiento del corazón, evitando las palpitaciones y la arteriosclerosis. En otros casos, se utiliza para el dolor y la tos producida por la inflamación de los pulmones. Artritis, epilepsia, dolor de cabeza, ansiedad y espasmos musculares, así como la fiebre, hepatitis, hemorragias, retención de líquidos, gusanos en el intestino y llagas en la boca también se pueden tratar con esta planta. Si es aplicada de forma tópica, ayuda a mejorar los síntomas de artritis, luxaciones y esguinces, piel inflamada, dolores de oído y muelas, verrugas y también como un repelente de insectos efectivo. Precauciones: la ruda puede ser venenosa si se ingiere, especialmente en grandes cantidades, además de que está prohibida para mujeres embarazadas, ya que provoca contracciones uterinas y aumenta el flujo sanguíneo, que pueden terminar con graves consecuencias para el bebé y la madre. Tampoco deben consumirla madres lactantes, niños y personas alérgicas a la planta. Las infusiones de ruda se preparan hirviendo un litro de agua con unas 10 hojas de esta planta (no superar 1 g de hojas de ruda). Luego se deja reposar por 5 min y se cuela. No es recomendable abusar del consumo de esta infusión, ya que puede generar efectos secundarios, como irritación estomacal, cambios de humor, problemas en el sueño, espasmos, daños en el hígado y los riñones.
Fuentes: Remedios Naturales del Paraguay, de Caio Scavone, Ed. Servilibro; Wikipedia y ecomania.com