Aromáticas y medicinales

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Sauce (Salix)

Conocido también como salga, salguero o saule, es una planta que crece originalmente en el hemisferio Norte, prefiriendo las zonas húmedas y cercanas a causes de agua, aunque en la actualidad se tiene conocimiento de más de 400 especies de sauce, los cuales se pueden encontrar desde la Tierra de Fuego, en el sur del continente americano, hasta Laponia, norte de Europa. Es, junto con el abedul y el avellano, uno de los árboles sagrados. Desde el sauce negro norteamericano (Salix nigra) que puede medir 35 m de altura hasta el sauce que Carlos Linneo consideró el árbol más pequeño del mundo (Salix herbacea) que mide apenas unos 8 cm. El más conocido es sin duda el sauce llorón o sauce de Babilonia (S. babylonica) por sus ramas finas y elásticas pobladas por numerosísimas hojas doradas y pequeñas. Llega a medir entre 8 y 12 m. De procedencia asiática, su cultivo se ha extendido en todo el planeta. Todas las especies de sauce comparten sus propiedades y principios activos, fundamentalmente la salicilina, y, por lo tanto, sus propiedades curativas. El sauce blanco era utilizado en China hace más de 2500 años para mitigar la fiebre y eliminar el dolor mientras que, en Norteamérica, el negro era usado por las tribus nativas como medicina al igual que el humboldtiano, en la zona austral del continente. El padre de la medicina, Hipócrates, lo aconsejaba para los mismos trastornos menstruales y la fiebre, mientras que otro maestro griego, Dioscórides, lo aconsejó en el tratamiento de los dolores artríticos. El conocimiento tradicional de sus propiedades condujo al descubrimiento de la aspirina, ácido acetilsalicílico, un derivado del ácido salicílico, que constituye el analgésico más utilizado y más vendido hasta la actualidad.

El sauce humboldtiano tiene una longevidad promedio de 100 años. Cuando jóvenes, sus ramillas son sedosas y más tarde son de color café-oliváceo. Sus hojas son caducas, y miden entre 4 y 10 cm de longitud. Son alternas, de bordes finamente aserrados, blanco-grisáceos y sedosas por la cara inferior. Necesita estar en lugares soleados, pero debe protegerse del cálido sol del verano. Además, tiene que estar resguardado de las fuertes heladas invernales, para evitar la muerte de sus ramas. Su madera es fuerte, aunque flexible, y de muy poco peso, por lo que se utiliza en la fabricación de palos de cricket, fósforos y tallas. En las zonas rurales se utiliza para la construcción de postes de vallas y para encender el fuego.

Todos los sauces comparten un glucósido: la salicina, que se ubica en toda la planta, pero principalmente en la corteza y hojas. En contacto con el agua se divide en dos compuestos: saligenina y glucosa. De la oxidación de saligenina se obtiene el ácido salicílico, base del ácido acetilsalicílico, medicamento sintético de alto consumo por sus propiedades analgésicas, antipiréticas y antiinflamatorias. Contiene además taninos catéticos, estrógenos, rutina (corteza), lignina (madera) y fibra (corteza); ácidos: ascórbico (corteza) , salicílico (hojas) y pcoumárico (planta); y minerales: potasio, fósforo, calcio, hierro, cobalto, aluminio, manganeso (corteza). El cocimiento de la corteza de sauce blanco desmenuzada es bastante útil para aliviar dolores de cabeza. Se deberá realizar a razón de 15 g por litro de agua y tomar dos a tres veces por día. La decocción de la corteza o las hojas es utilizada para combatir problemas ginecológicos, como la dispareunia, el vaginismo o la menstruación dolorosa. Asimismo, es un buen complemento en tratamientos contra la gripe, los resfriados y el catarro. Posee cualidades febrífugas y sudoríficas. La corteza genera beneficios a nivel digestivo como estimulante del apetito. Posee virtudes como astringente y antirreumática. Para tonificar el organismo y reducir el insomnio se deben tomar 100 g de corteza, cortados en pequeños pedazos, y agregarlos a un litro de agua. Se deja por un día y luego se hierve durante 15 min, se cuela y se toman tres tazas al día, ya sea caliente o frío. No deberían tomar esta planta los alérgicos a la penicilina. Para curar las heridas o quemaduras mejorando la cicatrización e impidiendo que se infecten, se prepara una decocción de 50 g de corteza seca por un litro de agua durante 15 min. Lavar la zona afectada con el líquido resultante. La aplicación externa de un trozo de corteza húmeda sobre los callos o verrugas puede eliminar estas afecciones de la piel. Sujetar con un esparadrapo y cambiar todos los días. Mantener el tratamiento durante una semana.

Fuentes: Remedios Naturales del Paraguay, de Caio Scavone, Ed. Servilibro; Wikipedia y ecomania.com