La inventora del filtro de café

Amalie Auguste Melitta Bentz es la mujer que creó un método para evitar que los residuos del café quedasen en la taza. En 1908 inventó los filtros de papel. Esta es su interesante historia.

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Un ama de casa alemana, Melitta Bentz, de 35 años, estaba harta de tener que colar la bebida para eliminar los residuos de café. En esa época se utilizaban bolsas de tela como filtros, pero aún se filtraba la borra y quedaba en el fondo. Luego había que lavar la bolsa (que se iba desgastando con el uso) y restregar la olla donde se hacía el café, porque frecuentemente este se pegaba a la base, se quemaba y dejaba un gusto amargo en la bebida. 

Hizo varios intentos pensando qué podía hacer para que no le pasara más esto. Probando diversas alternativas, terminó usando papel secante del libro de ejercicios escolares de su hijo Willi, lo recortó en forma redonda y perforó un tarro de latón utilizando una cuña. Tras verter el agua caliente obtuvo una bebida sin ningún trocito del café molido. Descubrió que de esta forma obtenía un café libre de impurezas y menos amargo, mucho más sabroso.

Lo comentó con su familia y decidieron patentar el invento. El Kaiserliche Patentamt (Oficina de Patente Imperial) le concedió una patente el 20 de junio de 1908. Ya para el 15 de diciembre de ese año matriculó una empresa en el registro comercial bajo el nombre “M. Bentz”. Contrataron un estañista para fabricar los dispositivos y vendieron 1200 filtros de café en la Feria de Leipzig de 1909. 

Su marido, Hugo, y sus hijos, Horst y Willi, estuvieron entre los primeros empleados de la compañía. En 1910, la compañía ganó una medalla de oro en la Exposición Internacional de Higiene y una medalla de plata de la Asociación de Hosteleros Sajones.

Tiempos de guerra

Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial se requisó el material para su uso en la construcción de zepelines, su marido fue llamado a las armas y destinado a Rumano. El papel fue racionado y la importación de café se volvió imposible debido al bloqueo británico, interrumpiéndose el negocio. Durante este tiempo, la familia sobrevivió vendiendo cartón. ​

Retomar el negocio les llevó a trasladarse a Dresde. Para 1928, la demanda de sus productos era tan alta que sus 80 trabajadores tenían que trabajar turnos dobles. 

Al no poder encontrar otros emplazamientos para seguir creciendo allí, se trasladaron en 1929 a Minden, en Westfalia oriental. Por aquel entonces la empresa había producido más de 100.000 filtros.

Su hijo Horst tomó el control de la compañía, que pasó a ser “Bentz & Sohn”, en 1930. Melitta le cedió la mayoría de sus acciones a Horst y Willi, en 1932, pero se mantuvo en el negocio, velando por sus empleados. Recibieron aguinaldos de Navidad, un aumento de los días de vacaciones de seis a 15 días por año y una reducción de la semana laboral a cinco días. Bentz creó el "sistema Melitta" de previsión, un fondo social para empleados de compañía.

Después del estallido de Segunda Guerra Mundial, la producción se paró de nuevo y la compañía recibió órdenes de colaborar con el esfuerzo bélico. Tras terminar la guerra, los trabajadores fueron reubicados en diversas instalaciones improvisadas al convertirse la fábrica en una sede provisional de la administración aliada, uso que mantuvo durante doce años.

Para 1948, la producción de filtros y papel fue retomada. Melita falleció en 1950, en Holzhausen, y su empresa ya había alcanzado los 4,7 millones de marcos alemanes en ganancias.

Los nietos de Melitta Bentz, Thomas y Stephen Bentz todavía controlan el Grupo Melitta KG, con sede en Minden, en el este de Renania del Norte-Westfalia, con 3300 empleados y 50 compañías.

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