Los famosos pastéis de Belém

Belém es un barrio portugués en las afueras de Lisboa que se hizo famoso en todo el mundo por sus dulces tradicionales, hechos con masa hojaldrada y crujiente, y rellenos con una crema de huevo. La receta se mantiene igual desde hace 182 años y está guardada bajo siete llaves.

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Si alguna vez tienen la oportunidad de viajar a Portugal, no dejen de pasar por la Casa Pastéis de Belém, una confitería en las afueras de Lisboa que data de 1837, donde se fabrican los originales pasteles dulces que tienen miles de imitadores en todo el mundo.

Los pasteles de Belém –pastéis de Belém, en portugués– son una variedad particular del típico pastel de crema portugués que se puede encontrar en cualquier pastelería de Lisboa, pero tienen una receta patentada y secreta que los hace únicos y diferentes a todos los demás y que solo se vende en esta enorme fábrica/cafetería del barrio que les da nombre.

La parte superior de los pasteles de Belém está ligeramente endurecida, mientras que el interior del hojaldre está relleno por una pasta dulce y cremosa de color amarillo. Se suelen servir calientes, recién salidos del horno, espolvoreados con canela y/o azúcar impalpable.

La receta de los pasteles de Belém es secreta, pero sí se sabe que hay una diferencia con respecto a otro tipo de pasteles de similar aspecto. Los pasteles de crema tienen el relleno hecho con crema de leche, mientras que en los pastéis de Belém el relleno está hecho con huevo y azúcar, lo que les da un color amarillento, un sabor más marcado y una composición algo más densa.

La fábrica donde se producen es también una confitería con unas salas enormes donde poder degustarlos, aparte de un mostrador donde se pueden adquirir para llevar de regalo como uno de los souvenirs más típicos de Lisboa. En temporada alta de turismo en Lisboa (especialmente, los fines de semana) suelen fabricar diariamente unos 50.000 pasteles y hay que hacer cola para poder sentarse a degustarlos con un café.

La fábrica de los pasteles de Belém no tiene pérdida. Está situada en la calle principal del barrio, frente a la parada del tranvía y a unos 200 m del monasterio de los Jerónimos. La mejor forma de llegar es en transporte público, desde el centro histórico de Lisboa, con el tranvía número 15.

Un secreto con historia

Los pasteles de Belém tienen su origen en el siglo XIX, cuando los preparaban los frailes del monasterio de los Jerónimos. Como consecuencia de la revolución liberal ocurrida en 1820, para el año 1834 se ordena cerrar todos los conventos y monasterios de Portugal, expulsando al clero y a los trabajadores. Para sobrevivir, un extrabajador del monasterio comienza a preparar esos pasteles dulces, y los pone a la venta en una tienda cercana, que pertenecía al dueño de una refinería de caña de azúcar.

En ese momento, la zona de Santa María de Belém estaba alejada de la capital, Lisboa, y la ruta se realizaba en barco de vapor, descendiendo por el río Tajo hacia el Atlántico. La imponente construcción de estilo gótico del monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém del siglo XVI (actualmente ambos son patrimonio histórico de la humanidad), ya atraían a los turistas que rápidamente se habituaron a saborear allí los deliciosos pasteles originarios del Monasterio y llevarlos como recuerdos o suvenires.

Para 1837, ese pastelero le vende la receta a don Domingos Rafael Alves, dueño de la refinería, y este inicia la fabricación de los pasteis de Belém, como comenzaron a hacerse conocidos. Unos años más tarde, comenzó la comercialización de estos dulces en mayor cantidad y de una manera más organizada, siempre siguiendo la antigua “receta secreta” del monasterio, la cual fue patentada, otorgando un valor añadido a estos pasteles. Según los descendientes de Alves, que aún son dueños de la fábrica, solo hay ocho personas en el mundo que saben la receta de los pastéis de Belém, entre los actuales chef pasteleros, la familia y algunos exchefs que ya se jubilaron. La masa y la crema solamente se preparan en un cuarto exclusivo, llamado por ellos la “Oficina do Segredo”. Lo ideal es comerlos calentitos, recién salidos del horno, cuando la masa bien finita levemente salada está muy crocante y la crema comienza a escurrir con cada bocado... No hay otro dulce igual en el mundo.

Tanto la receta como el nombre están registrados internacionalmente, ya que su popularidad ha llegado al resto del mundo, sobre todo a las antiguas colonias portuguesas de Brasil, Angola y Macao. Como curiosidad, los pasteles de Belém son muy populares en China, donde llegaron a través de Macao, en los tiempos en los que esta ciudad era una colonia portuguesa. En chino, los pasteles de Belém han sido llamados dan ta, que significa algo así como pastel de huevo, y también es posible encontrarlos en otros países asiáticos, como Corea, Vietnam y Camboya.

Pastel de Belém(Una aproximacióna la receta original)

1 l de leche entera

2 yemas de huevo

12 discos de hojaldre

350 g de azúcar

100 g de harina

Canela en rama

La piel de 1 limón

Azúcar impalpable

Canela molida

1. Estirar bien finitos los discos de hojaldre, forrar con ellos unos moldes de muffins, untarlos con manteca blanda y espolvorear con canela molida. Dejar reposar.

2. Mezclar la harina con 250 cc de leche y reservar.

3. Poner a hervir el resto de la leche con el azúcar, la rama de canela y la piel del limón. Cuando hierve, bajar el fuego y añadir poco a poco el resto de la leche con harina, revolviendo constantemente hasta que vuelva a hervir y haya espesado.

4. Batir las yemas y añadirlas a la leche, ya fuera del fuego, con la ayuda de un colador, removiendo bien hasta que quede una mezcla homogénea de un bonito color dorado. Dejar reposar 5 min.

5. Precalentar el horno (arriba y abajo) a 220 °C y, mientras se calienta, rellenar los moldes con la crema, dejando 1 cm libre para que, al calentarse la crema y expandirse, no se salga del molde.

6. Hornear unos 15 min más o menos, dependiendo del tipo de horno.

7. Al sacarlos del horno, dejar atemperar y espolvorear con azúcar impalpable o canela.

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