Visita a las bodegas (9.ª parte)

Su aeropuerto principal está directamente conectado con Buenos Aires, Santiago de Chile, Lima, Panamá, San Pablo, además de las principales ciudades de la Argentina. Son, en total, casi más de 400 vuelos comerciales que aterrizan y despegan semanalmente de esa terminal aérea, lo que le da una excelente conectividad y, al mismo tiempo, facilita la llegada de turistas a esa provincia.

En lo que respecta a hotelería, grandes cadenas como Sheraton, Hyatt e Intercontinental están presentes, además de un gran número de hoteles independientes de excelente calidad que se encuentran a buen precio.

Cuando fuimos con el grupo en el mes de abril tuvimos una de aquellas experiencias gastronómicas y vineras que gran cantidad de turistas suelen hacer y que es casi obligatorio para muchos enófilos: conocer La Casa Vigil. En realidad es el segundo año consecutivo que lo venimos haciendo, siempre a la noche, ya que durante el día visitamos bodegas y este lugar, además de ser un museo de arte y bodega, es también un restaurante muy concurrido. La Casa Vigil es donde Alejandro Vigil vive y elabora los vinos conocidos bajo la marca El Enemigo, importados al Paraguay por Frutos de los Andes, que dio un gran salto al público en general el año pasado gracias a que su vino El Gran Enemigo Gualtallary, Cabernet Franc 2013, que obtuvo los famosos 100 puntos RP (Robert Parker), un hecho casi insólito para un enólogo argentino y para un vino argentino.

El Enemigo comenzó como un vino de bodega garaje en el 2009, donde el enólogo Alejandro Vigil (jefe de enología de Catena Zapata) comenzó a hacer los vinos en su propia casa, gracias a un joint venture con Adriana Catena, quien le proveía de las uvas; ambos son amantes de la literatura, del arte y de los buenos vinos. El resultado es que, a 10 años de esta unión, la bodega produce una variedad de vinos que han sido muy bien puntuados y que al público en general les gustan mucho. Hoy en día es un vino de marca fuerte que transmite calidad y confianza a los consumidores, y que, además, pasó de ser garaje a una bodega mediana.

Degustación

Vivir la experiencia de cenar o almorzar en La Casa Vigil es prepararse a degustar —como mínimo— 12 vinos y un menú de ocho pasos. Para algunos es mucho y para otros, adecuado, ya que se van conscientes de que “a eso fueron”, a degustar los diferentes vinos que van desde El Enemigo Chardonnay, bien redondo y cremoso (a mi parecer muy al estilo Chardonnay de los EE. UU.) con un poco de exceso en la vainilla. Otro de los vinos que me llamó la atención fue El Enemigo Bonarda, bien aromático, frutal y suave en boca, como se dice “fácil de beber”, aunque a muchos no les guste esta terminología, la verdad es que describe muy bien y simplifica para muchos el acto de disfrutar de un vino.

Entre todos los vinos degustados, no podía ser menos, estaban los tres Gran Enemigo, uno de ellos un blend con mucho de Cabernet Franc y toques de Cabernet Sauvignon, Petit Verdot y Malbec. Los otros dos son SV (Single Vineyard, es decir, las uvas provienen de un solo viñedo) uno es el vino Agrelo (a 920 msnm) compuesto por 85 % Cabernet Franc y 15 % Malbec, y el otro es el famoso SV Gualtallary (a 1.320 metros sobre el nivel del mar) también con la misma composición que el otro SV, pero con uvas de mayor concentración debido a la mayor exposición solar gracias a la altura. En esta ocasión, nos dieron a probar el Gualtallary 2014 y lo comparamos con el premiado 2013 que, a mi parecer, estuvo mucho mejor.

Apreciados lectores, les recomiendo ir a conocer Mendoza, disfrutar de todo lo que esa provincia les brinda y degustar tanto sus vinos como su gastronomía. Y si pueden ir a La Casa Vigil, ¡no se lo pierdan!, ¡salud a todos! y hasta el próximo sábado.

oligayet@hotmail.com