Frustrado atentado deriva en hallazgo de un arsenal

El hallazgo de un arsenal en un barrio de Asunción, luego de un frustrado atentado en Pedro Juan Caballero, dejó al descubierto un esquema de tráfico de armas de guerra del cual se surtía el mundo criminal. Se sospecha que el Primer Comando Capital y el autodenominado Ejército de Pueblo Paraguayo están entre los “clientes”. Hay tres detenidos por este caso, entre ellos un proveedor de armas del Estado. Las autoridades informaron que este es el mayor arsenal clandestino que fue incautado en nuestro país. Las armas provenían de Argentina, Bolivia, Colombia y Estados Unidos.

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Todo se inició cuando un camión blindado irrumpió en la zona de las residencias del senador liberal Robert Acevedo y del empresario Jorge Rafaat en Pedro Juan Caballero. Los guardias de Rafaat fueron tras el blindado al mismo tiempo en que avisaban a la Policía sobre el caso.

El conductor del blindado, al percatarse de que era seguido, aceleró la marcha, cruzó la frontera e ingresó a Ponta Porã (Brasil). Ahí la policía local rodeó el camión cerca del aeropuerto y, al verse acorralados, los tres ocupantes bajaron del rodado y cubrieron su huida con disparos hasta internarse en un bosque. Un motociclista que circulaba casualmente por esa zona murió al ser impactado por un proyectil.

Dentro del camión blindado la policía brasileña halló una ametralladora liviana producida por la fábrica nacional de arma de guerra de la ciudad de Herstal, Bélgica, que es capaz de disparar hasta 600 tiros en solo un minuto. La ametralladora estaba acondicionada hasta con un trípode, para darle estabilidad al tirador durante las ráfagas de disparos, y fue encontrada posicionada frente a una tronera (abertura en la chapería) que tenía el blindado, para atacar con el rodado en marcha.

Esta arma tenía incorporada una cinta con casi 150 proyectiles calibre 7.62, capaces de derribar hasta aeronaves de pequeño y mediano porte.

La Policía presume que era para un ataque del Primer Comando Capital al empresario Rafaat.

Como derivación de todo esto se supo que el rodado sería propiedad del despachante de aduanas Cristian Paolo Ortiz.

Ortiz es el mismo que fue investigado supuestamente por documentar clandestinamente un vehículo BMW perteneciente en aquel entonces al presidente de la República Luis González Macchi. El despachante recibió el camión Mitsubishi Canter blindado el 4 de marzo último, después de adquirirlo de un hermano del coronel del Ejército Emiliano Rojas Ramos.

El militar fue quien compró el camión en junio del año pasado por G. 65 millones de Luis Alberto Lezcano  Benítez, de la firma “LyL Importaciones-Exportaciones”, según un relatorio presentado por el jefe de la Senad, Luis Rojas, ante la Policía.

Paralelamente, cuatro policías fueron trasladados a la capital. Se trata del oficial primero Darío Duarte, el suboficial mayor Raúl López Velázquez, el suboficial inspector Wilfrido Portillo y el suboficial primero Etnio Javier Maldonado, todos de la subcomisaría 2ª del barrio Industrial de esta ciudad. A los cuatro citados se les vio en una zona de Pedro Juan minutos antes de que pase el blindado. No se conoce que se haya abierto sumario alguno.

Dos días después del citado caso ocurrido en Pedro Juan Caballero, se halló en una vivienda de Villa Aurelia un “supermercado” de armas, como lo calificó el fiscal general del Estado, Javier Díaz. Hay tres detenidos por este episodio, cuya remisión a la cárcel fue ordenada por el juez Julián López. Se trata de Carlos León, un proveedor de armas del Estado, a quien se sindica como el líder del grupo, Víctor Hugo Ferreira y Gabriela Torres Ferreira.

La fiscala Katia Uemura y agentes de la sección contra Delitos Económicos allanaron propiedades de Rafaat, ante la información de que sus guardias, que son los que fueron tras el blindado el día del frustrado atentado e inclusive catearon a civiles, tienen armas poderosas.

La investigación de la fiscala Lorena Ledesma fue reforzada con sus colegas Carlos Alcaraz de la unidad Antidrogas y de Joel Cazal, quien mucho tiempo trabajó en la zona de influencia del grupo criminal EPP.

Lo que dijo Jorge Rafaat

El empresario Jorge Rafaat, uno de los posibles blancos del atentado que aparentemente iban a perpetrar desde un camión blindado, declaró a radio la Voz del Amambay que sus guardias fueron tras el camión blindado, pero argumentó que solo apoyaron el trabajo policial.

“Tengo un equipo de seguridad que se dio cuenta de movimientos extraños en la calle donde yo vivo y me avisaron cuando estaba almorzando. Salgo yo y veo el camión azul y les dije a mis guardias, síganle”, explicó a la referida emisora.

Relató también que “No para, sigue (en marcha el blindado) me dijeron mis guardias y les dije, avísenle a la Policía para averiguar de qué se trata, por qué huían”.

“La escolta de seguridad se va para dar un apoyo sin sacar sus armas o disparar. Los de la patrullera tardan mucho en pedir apoyo. Salieron frente al blindado, pero no se quedó”, explicó.

Luego puntualizó: “La policía de refuerzo llega tarde y –el carro fuerte– entra en el Brasil, le dije a la policía ¿por qué no va detrás? y dicen que deben pedir autorización. Llega la autorización, se van detrás de estos supuestos asaltantes u homicidas y yo me voy a la frontera para ayudar a divisar por lo menos el blindado con mi personal con armas, pero no extremamente peligrosas, como dijeron gente malintencionada que no vio y no sabía lo que estaba pasando”.

Se quejó de la intervención de la Policía de Delitos Económicos que allanó sus propiedades al día siguiente del incidente con el camión blindado.

“La Policía en vez de investigar sobre el camión se va atrás de mi personal, ¿será para desarmarle a Jorge porque no está autorizado?, la empresa que me presta seguridad es totalmente legal”, refirió.

Reconoció que sus hombres apuntaron con sus armas a personas que nada tenían que ver con el problema, en una estación de servicios cercana a la línea internacional.

“Lo que pasó fue lo siguiente: era un momento de tensión, veo un coche cerrado con cuatro tipos adentro. Los custodios apuntan porque pensaban que eran bandidos, llegaron de una forma muy rápida, ‘yo soy estudiante de medicina’, dijo el muchacho y se bajaron las armas, le pedí disculpas por apuntarle un arma, pero fue un momento de tensión. Apuntarle fue por precaución, mis guardias están preparados para disparar en el momento oportuno”, justificó.

Rafaat señaló que no solo él podría ser objetivo de un ataque en Pedro Juan Caballero. “Yo creo que vinieron para un atentado, pero no soy el único empresario acá para que todos apunten a mí, puede ser contra un político, el gobernador, por qué no le pregunta también al gobernador, a otros empresarios”, expresó.

ocaceres@abc.com.py

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