“Conocemos todo a este tipo de gente. De los que me agarraron, no conozco a ninguno, pero al ideólogo yo lo conozco. Ellos son abigeos de ganado, les saqué su trabajo y ellos tienen una cuadrilla muy grande. Lo hicieron para vengarse”, señaló el productor ganadero Héctor Núñez, cuyo hijo Héctor Alexander Núñez, de profesión veterinario, fue secuestrado la mañana del pasado miércoles por la banda conformada por ocho marginales.
El plagio tuvo lugar cuando la banda tomó por asalto la estancia de Núñez, situada en la colonia Lorito Picada del distrito de Pedro Juan Caballero. Los captores mantuvieron varios rehenes durante horas y, tras varias negociaciones, exigieron finalmente 60.000 dólares para dejarlos libres.
Pero tras un fallido intento de rescate de parte de las fuerzas policiales, el grupo salió del establecimiento con Héctor Alexander y se internó en un monte. En la madrugada del jueves, al verse acorralados por los uniformados, se entregaron sin cobrar en dinero.
Incursión en otros campos
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La banda investigada por la Policía, al parecer, no es un grupo bien organizado y experimentado en el secuestro extorsivo; más bien se trata de delincuentes comunes que antes se dedicaban a otras modalidades ilícitas y decidieron incursionar en algo más complejo.
“Creo que no corresponde a una banda tan famosa como el Primer Comando da Capital (PCC) o el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), sino que se trata de gente que más bien se dedica a asaltos y robos callejeros. En esta ocasión, trataron de recurrir al secuestro extorsivo como una manera de conseguir dinero más rápidamente, pero no les funcionó”, explicó el comisario principal Walter Gómez, jefe de Policía del departamento de Amambay.
El jefe policial dejó entrever también que en un delito como el secuestro siempre hay trasfondos, y que en torno a ellos se tejen ciertas hipótesis, como venganza o ajuste de cuentas, que luego se van desechando o no, a medida que avanza la pesquisa.
“Algún implicado alguna vez trabajó en la estancia, tuvo un problema con el patrón y este le echó; por eso quiso vengarse”, ejemplificó Gómez, quien además señaló que los rehenes reconocieron a uno de los captores.
“Vamos a centrar la investigación en esta persona para así llegar hasta los orígenes de la gavilla y desbaratarla”, puntualizó el principal responsable de la seguridad del departamento de Amambay.
Gómez recordó también que un sobrino de Héctor Núñez fue asesinado por sicarios en 2009 en Amambay.
“Cuesta llegar a los cabecillas e ideólogos. Estos recurren al sistema similar al sicariato, en el que el ideólogo contacta con la gente que va a perpetrar el hecho a través de un ‘secretario’, quien se encarga de gestiones como la entrega del dinero. También les proporciona fotografías del objetivo”, explicó.
“Cada región tiene su modus operandi, con sus características propias. En el caso de Amambay, se importó el modelo brasileño que aplica el PCC, que consiste en el sicariato, el secuestro exprés y otras modalidades delictivas”, indicó Gómez.
Medidas preventivas
El comisario principal Walter Gómez enfatizó también que las fuerzas policiales buscarán reforzar las medidas preventivas para impedir el surgimiento de nuevas organizaciones criminales en la zona.
“Lo más importante que estamos haciendo en estos momentos es reforzar la presencia policial a través de los controles de barreras y patrulla permanente en los lugares más sensibles y conflictivos de la ciudad de Pedro Juan Caballero y otros lugares”, indicó Gómez.
El jefe policial también recordó que en una ocasión en la zona entre Bella Vista Norte e Yby Yaú se trató de materializar un secuestro similar al acontecido en Lorito Picada, pero que fracasó debido a la reacción policial y la falta de experiencia de la banda en ese campo.
“Esta gente va a comenzar a reflexionar y pensará dos veces si este modus operandi funciona y, de esa manera, se verán obligados a cambiar de rubro”, señaló el uniformado.
La investigación del secuestro que conmocionó a la familia Núñez, mientras tanto, continúa su rumbo. Los investigadores están encaminados a llegar hasta el paradero de los cabecillas de la banda que contrató a los autores del frustrado plagio.
cazenave@abc.com.py